Qué ver en la Costa Quebrada
En el litoral cántabro se esconde un paisaje sorprendente que cuenta la historia de nuestro planeta, la Costa Quebrada.
A lo largo de 20 kilómetros encontraremos una sucesión de acantilados, playas, islas, istmos o dunas que conforman un paraje de gran belleza.
Acompáñanos en esta ruta por la Costa Quebrada, te contaremos todo lo que hay que ver, sus secretos y curiosidades.
Ruta por la Costa Quebrada
La ruta de la Costa Quebrada tiene una longitud de 20 kilómetros, empezando desde Santander y terminando en Cuchía.
Este tramo de litoral, bañado por el mar Cantábrico, es como un museo al aire libre donde se muestran los procesos geológicos que han dado forma a nuestro planeta.
Más de 120 millones de años han sido necesarios para modelar este paisaje que hoy nos deja sin aliento, con la fuerza del agua como gran protagonista.
Ya sea que quieras disfrutar de las espectaculares playas, recorrer el sendero de la costa asomándote a vertiginosos acantilados o apuntarte a las rutas geológicas, la Costa Quebrada siempre te sorprenderá.
Santander: Inicio de la ruta por la Costa Quebrada
La capital de Cantabria nos sirve de comienzo perfecto para nuestra ruta por la Costa Quebrada, donde ya podemos ver las primeras islas, playas, ensenadas y penínsulas.
Salvajes acantilados dan forma a la Península de la Magdalena, con vistas a varias islas y la entrada de la bahía de Santander.
Entre ella y el Cabo Menor se extienden las famosas playas del Sardinero, a continuación, está la bella playa de Mataleñas, y finalmente, el Cabo Mayor con su faro convertido en Centro de Arte.
Isla de la Virgen del Mar: Hogar de la patrona de Santander
Tras abandonar el centro urbano de Santander, vamos en busca de la Isla de la Virgen del Mar, labrada sobre piedras calizas de hace 65 millones de años.
Hoy unida a tierra por un puente, sobre ella se alza la ermita donde se guarda la imagen de la patrona de Santander.
A sus pies se encuentra la Playa de la Virgen del Mar, un arenal de 400 metros de longitud y oleaje moderado.
Playa de San Juan de la Canal: Paraíso en Soto de la Marina
Su ubicación cercana a Santander hace que sea muy frecuentada en verano, ya que además cuenta con paseo marítimo y jardines.
Son 200 metros de arenal al abrigo de acantilados rocosos, paralelos a la desembocadura del arroyo de La Canal.
Las rocas de esta zona podría decirse que son jóvenes, ya que se formaron durante la era terciaria, última era geológica que llega hasta la actualidad.
Playa de Covachos: Belleza salvaje
También en Soto de la Marina se encuentra la Playa de Covachos, una de las playas más bonitas y salvajes de la Costa Quebrada.
Este antiguo valle fluvial ha sido completamente horadado por el mar, de él solo se conserva la cumbre de la Isla del Castro.
Su difícil acceso a través de una escalera y una cuerda en los acantilados, hace que sea frecuentada sobre todo por nudistas.
Las vistas desde el arenal son hacia la Isla del Castro, a la que se puede acceder a través de un tómbolo cuando baja la marea.
Playa de la Arnía: Símbolo de la Costa Quebrada
Millones de años han hecho falta para dar forma a la Playa de la Arnía, el ejemplo perfecto de la acción del mar sobre los diferentes tipos de rocas.
Lo primero que nos llama la atención es su plataforma de abrasión, formada por largas crestas rocosas entre las que se han creado piscinas naturales.
Lo segundo, los enormes islotes que sobresalen del agua, conocidos como urros, marcan la ubicación original de la línea de costa que ha ido retrocediendo con el tiempo.
Un istmo separa la plataforma de abrasión de la Playa de la Arnía, de fina arena dorada y oleaje moderado.
Para completar la experiencia, puedes comer en “El Cazurro”, con su espectacular terraza con vistas a la Arnía.
Playa de Portío: Tesoro oculto de la Costa Quebrada
También llamada Playa de Piélagos, es una playa poco conocida que sin embargo esconde una gran belleza.
En este arenal, de apenas 150 metros, podemos ver de cerca los diferentes tipos de roca que forman parte del Geoparque Costa Quebrada, con más de 90 millones de años.
Desde las moles rocosas calizas, hasta las margas más erosionables que han dejado restos de una plataforma de abrasión.
Justo enfrente de ella se encuentra la Playa de Cerrías, también bastante aislada y tranquila.
Playa de Somocuevas: Playa nudista de la Costa Quebrada
La línea de urros continúa paralela a la costa hasta la Playa de Somocuevas, otra de las playas más bonitas de la Costa Quebrada.
Un istmo es el único punto de unión entre la línea de costa original de hace 120 millones de años y la actual, formada hace 90 millones de años.
Precisamente, ese istmo divide la Playa de Somocuevas, la occidental de fina arena dorada y la oriental más rocosa.
Su difícil acceso, a través de una empinada escalera pegada los acantilados, la convierten en una playa ideal para nudistas, aunque no faltan los textiles que vienen a disfrutar de su belleza salvaje.
Parque Natural de las Dunas de Liencres: Playa de Canallave y Playa de Valdearenas
Toda la Costa Quebrada se encuentra integrada dentro del Parque Natural de las Dunas de Liencres, pero su epicentro son sin duda las playas de Liencres.
La más pequeña es la Playa de Canallave, de apenas 250 metros de longitud que se amplía hasta los 900 cuando baja la marea.
Mucho más grande es la Playa de Valdearenas, un arenal que alcanza los 2.800 metros de extensión.
Ambas son ventosas y con fuerte oleaje, por lo que son muy frecuentadas por sufistas.
En paralelo a ellas se extienden las dunas que dan nombre al Parque Natural, uno de los sistemas dunares más importantes del norte de España.
Creadas por la acción del viento, fue necesario plantar a su lado una enorme masa forestal de pino marino para evitar su avance hacia el interior.
También forma parte del Parque Natural la desembocadura del Pas, dando paso entre revirados meandros a la ría de Mogro, donde se ubica la Playa de Usil.
Playas de Miengo: Fin de la ruta por la Costa Quebrada
El municipio de Miengo se extiende entre la desembocadura del Pas y la del Saja, dando paso a la ría de San Martín que sirve de separación con Suances.
Bellas playas de fina arena dorada nos esperan en el tramo final de la ruta por la Costa Quebrada, una de ellas es la Playa de Usgo.
Su belleza salvaje esconde peligrosos secretos, como fuertes corrientes que provocan resaca o la presencia de vertidos de cloruro cálcico.
Ya en la localidad de Cuchía se encuentra la Playa de los Caballos y la Playa de Marzán.
La primera es totalmente salvaje, al abrigo de imponentes acantilados rocosos que dificultan el acceso.
La segunda es la playa urbana de Cuchía, un arenal junto a la ría de San Martín que cuenta con un pequeño sistema dunar.
Y hasta aquí nuestro resumen de lo que hay que ver en la Costa Quebrada, un paisaje salvaje que merece la pena descubrir.