Qué ver en Comillas, Cantabria
Bienvenido/a a Comillas, una joya de Cantabria que combina historia, arte y naturaleza en un entorno de singular belleza.
Conocida por ser la cuna del modernismo fuera de Cataluña, ha sido reconocida como Conjunto Histórico Artístico y desde el 2024 está incluida en el listado de los pueblos más bonitos de España.
Pero no todo es historia y arquitectura, Comillas también ofrece impresionantes paisajes costeros, con playas de arena fina y acantilados que invitan a disfrutar del mar Cantábrico.
¿Te animas a descubrir todo lo que hay que ver en Comillas? Sigue leyendo y déjate sorprender por cada uno de sus rincones, sus fiestas, historia y gastronomía.
Visitar Comillas
A pesar de haber sido una pequeña villa pesquera hasta el siglo XIX, Comillas se transformó por completo gracias a Don Antonio López y López, primer marqués de Comillas.
Hoy se ha convertido en todo un museo al aire libre con la mayor concentración de arquitectura modernista fuera de Cataluña, por eso es una visita imprescindible de Cantabria.
Palacio de Sobrellano
Fue construido en 1888 por encargo de Don Antonio López y López, primer marqués de Comillas, del diseño se encargó el arquitecto catalán Joan Martorell.
Es un edificio neogótico, cuenta como decoración con esculturas de Juan Roig, pinturas de Eduardo Llorens y mobiliario diseñado por Antonio Gaudí.
A su lado hay una capilla-panteón de estilo gótico perpendicular inglés, donde permanecen enterrados el primer y el segundo marqués de Comillas.
Ambos edificios están gestionados por el Gobierno de Cantabria, siendo posible acceder mediante visitas guiadas, con un precio de 5€ la entrada general y 3€ la reducida.
El horario de las visitas guiadas es:
- Del 21 de octubre a febrero: de domingo a viernes de 09:30 a 15:30 horas y los sábados hasta las 17:30 horas.
- De marzo al 14 de junio y del 16 de septiembre al 21 de octubre: de lunes a sábado de 10:00 a 18:30 horas y los domingos de 09:50 a 16:00 horas
- Del 15 de junio al 15 de septiembre: de lunes a domingo a las 10:30 a 14:30 y de 15:30 a 19:30 horas.
El Capricho de Gaudí
Fue construido como residencia de verano de Don Máximo Díaz de Quijano, concuñado del primer marqués de Comillas, por eso su nombre original es Villa Quijano.
Es una de las primeras obras proyectadas por el arquitecto Antonio Gaudí y una de las pocas realizadas fuera de Cataluña.
El diseño es de inspiración oriental, pudiendo ver elementos de la arquitectura mudéjar y culturas lejanas de la India, Persia o Japón.
En la construcción se utilizaron gran variedad de materiales, como la piedra del zócalo, el ladrillo visto de los muros, la cerámica vidriada con girasoles como decoración y el hierro forjado con caprichos formas de los balcones y terrazas.
Una torre-minarete de 20 metros de altura rompe la horizontalidad del conjunto y sirve como mirador panorámico, bajo ella está el acceso principal.
Dentro, las estancias de la planta principal se distribuyen en torno a un invernadero, son en total cinco habitaciones donde no faltan las maderas nobles para suelos, techos y muebles, así como amplios ventanales que aportan gran luminosidad.
Dos escaleras de caracol conectan con el desván, amplia zona dedicada al servicio, donde se pueden ver las vigas de madera en forma de tijera que sostienen el tejado.
Desde aquí se accede a una terraza con vistas a los maravillosos jardines, donde seguir la huella de Gaudí a través de las escalinatas, la gruta, la exuberante vegetación o la escultura que le pusieron como homenaje.
El horario de El Capricho de Gaudí es:
- De noviembre a febrero, de 10:30 a 17:30 horas.
- De marzo a junio y en octubre, de 10:30 a 20:00 horas.
- Desde julio a septiembre, de 10:00 a 21:00 horas.
La entrada general cuesta 7€, aumentando hasta 10€ si queremos la visita guiada.
Universidad Pontificia
Obra promovida por el primer marqués de Comillas y ejecutada por el arquitecto Joan Martorell, su estilo es gótico-mudéjar con elementos modernistas.
En la construcción colaboraron otros arquitectos catalanes, como Domènech i Montaner, autor de la puerta de acceso y el paraninfo.
El conjunto está articulado alrededor de dos patios centrales, con el espacio dedicado a la iglesia centrado entre ambos.
Actualmente forma parte de los Centros Culturales de Cantabria, encargados de gestionar las visitas guiadas.
La entrada general cuesta 5€ y la reducida 3€, acceder en coche al recinto son otros 2€.
El horario de visitas es el mismo que el del Palacio de Sobrellano.
Cementerio de Comillas
Situado en las afueras, forma parte imprescindible de la ruta modernista de Comillas.
Originalmente aquí se encontraba la iglesia parroquial, pero tras su abandono en el siglo XVI, el terreno fue utilizado como cementerio.
A finales del siglo XIX se le encargó al arquitecto Domènech i Montaner el acondicionamiento del camposanto, integrando las ruinas del santuario gótico.
En la reforma se añadieron nuevos elementos como la portada principal, declarada por sí misma Bien de Interés Cultural.
Así como la escultura del Ángel Exterminador, obra de Josep Llimona.
A pesar de haberse conservado el aspecto ruinoso que forma parte de su encanto, entre las tumbas y mausoleos destacan algunas joyas de la escultura funeraria.
Es el caso del panteón de los Piélago, también de estilo modernista.
Parque Güell y Martos
También es conocido como Parque de la Estatua, por el magnífico Monumento al Marqués de Comillas que preside el conjunto.
El parque, de unas tres hectáreas de extensión, fue proyectado por Lluís Domènech i Montaner.
El monumento se erigió como agradecimiento a Don Antonio López y López por su labor de mecenazgo en su villa natal.
No faltan los temas marítimos recordando sus viajes a las antiguas colonias españolas.
Otro monumento destacado es un crucero de piedra, conocido como “La Cruz de la Estatua”.
Junto a la entrada del parque está la Casa del Duque, palacete de estilo inglés construido por el Duque de Almodóvar del Río.
Puerta de los Pájaros
La otra huella del trabajo de Gaudí en Comillas la encontramos en la Puerta de los Pájaros, también conocida como Puerta del Moro, por ser el acceso a la antigua Casa del Moro.
Se trata de un diseño que Gaudí realizó originalmente para una residencia de Barcelona, replicado en Comillas por uno de los albañiles que había trabajado con él.
Lleva ese curioso nombre porque tiene tres accesos, el mayor para los coches, uno a su lado para los peatones y otro superior circular para los pájaros.
Plaza Joaquín de Piélago
La huella modernista de Comillas continúa si nos adentramos en el casco histórico, donde nos da la bienvenida la Fuente de los Tres Caños.
Fue construida a finales del siglo XIX por Domènech i Montaner, como homenaje a Don Joaquín de Piélago por sus aportaciones económicas para traer agua corriente a la villa.
Se articula alrededor de una columna central sobre una base de tres lados, con una pequeña fuente a los pies de cada uno de ellos.
Como decoración se puede ver un delfín enroscado, cenefas florales y ángeles, además de una cruz patada rematada con botones.
A su alrededor hay una interesante muestra de arquitectura popular cántabra, sobresaliendo entre las casonas la Torre de Vega, construida en el siglo XIV por encargo de Garcilaso de la Vega.
En una esquina de la plaza se alza el Ayuntamiento Nuevo, edificio de finales del siglo XIX que también acoge la Oficina de Turismo y la Policía Local.
Otra esquina de la Plaza Joaquín de Piélago está ocupada por la Casa Ocejo, de estilo racionalista, fue construida por el I marqués de Comillas para su madre.
Plaza de la Constitución
Es el epicentro civil y religioso de Comillas, rodeada por casonas tradicionales con sus balconadas de madera siempre engalanadas con coloridas flores.
Preside el conjunto la Iglesia Parroquial de San Cristóbal, construida a mediados del siglo XVII por los propios ciudadanos de Comillas.
Su estilo es barroco montañés, siendo el primer edificio de su tipo al oeste de Cantabria.
De la arquitectura civil sobresale el Antiguo Ayuntamiento, construido a finales del siglo XVIII sobre un antiguo hospital, hoy acoge el Centro de Interpretación del Patrimonio Comillano.
La planta baja la forman tres arcos de sillería de medio punto, en la superior destacan los escudos de los arzobispos de Comillas, conocida como la Villa de los Arzobispos.
En torno a la Plaza de la Constitución se encuentran otros rincones de Comillas que no te puedes perder, como el Corro de Campíos o el Corro de San Pedro.
El primero era muy popular entre los comillanos por acoger las partidas de bolos, siendo actualmente un punto de encuentro para turistas y locales rodeado por tiendas y restaurantes.
El segundo es un rincón más reservado, presidido por una monumental farola, a su alrededor se encuentra la Casa Cueto del siglo XVIII y la antigua Casa de los Balbas que acoge la Capilla de San Pedro.
Playa de Comillas
Con casi un kilómetro de longitud de fina arena dorada, es una visita imprescindible en los meses de verano.
Esta playa urbana ha sido galardonada con la Bandera Azul y reconocida como una de las mejores de Cantabria.
A su lado se encuentra el puerto de Comillas, el lugar donde cada día llegan los mariscos y pescados frescos que puedes disfrutar en los restaurantes de la villa.
Fuertemente protegido de los temporales por un dique poligonal, fue el último puerto ballenero del Cantábrico y el más pequeño de todos, reconocido en el Libro Guinness de los récords.
Historia de Comillas
Existen indicios de asentamientos humanos desde la prehistoria, concretamente en la Cueva de La Meaza se han hallado pinturas rupestres con más de 15.000 años de antigüedad.
De la Edad de Hierro se conservan los restos de un castro sobre la Peña del Castillo, también hay pruebas de un asentamiento romano.
Ya en la Edad Media se encuentran los primeros escritos que mencionan la villa de Comillas, fechados en el siglo XI.
Durante gran parte de su historia formó parte del Marquesado de Santillana, integrado más tarde en el Ducado del Infantado.
También perteneció a la Provincia de los Nueve Valles.
En la Edad Moderna el pueblo se levantó contra el Ducado del Infantado y la Iglesia, jurando no volver a pisar nunca el santuario donde hoy se ubica el Cementerio de Comillas.
A pesar de haber sido excomulgados, cumplieron su promesa y nunca volvieron.
Ellos mismos se encargaron de la construcción de la actual Iglesia de San Cristóbal, en pleno casco histórico.
La industria pesquera fue el principal motor económico, especialmente entre los siglos XVI al XVIII, cuando se convirtió en el puerto ballenero más importante del Cantábrico.
Ya en el siglo XIX el protagonista es Don Antonio López y López, primer marqués de Comillas.
Tras hacer dinero en Cuba, regresa a su villa natal para darle un importante impulso económico y social.
Por entonces, la localidad se engalana para recibir al rey Alfonso XII, llegando a ser los primeros en instalar farolas eléctricas.
Además se construyeron numerosos edificios modernistas, estando considerada la cuna del Modernismo.
Convertida en un sitio de moda para la burguesía, ese impulso turístico ha llegado hasta nuestros días.
Fiestas de Comillas
Las Fiestas del Cristo del Amparo, celebradas alrededor del 16 de julio, tienen sus orígenes en el siglo XVII.
La imagen del Cristo es llevada en procesión la noche del 15 de julio desde la Iglesia de San Cristóbal hasta la Lonja de Pescadores.
Acompañado por la luz de las velas, el sonido de panderetas y castañuelas y las danzas de los picayos.
El 16 hay una procesión marítima y la misa donde se canta el himno del Santo Cristo del Amparo.
También muy populares son las Fiestas de San Pedro, celebradas el día 29 de junio.
Los más típico es la Danza de San Pedruco, declara Bien de Interés Cultural por ser una de las danzas más importantes de Cantabria.
Finalmente cabe destacar el Día del Indiano, en honor de los nacidos en la villa que se fueron a América y Filipinas a hacer fortuna.
Así como la Feria del Arrastre, concurso en el que vacas y bueyes deben arrastrar unos trineos cargados con grandes bloques de hormigón.
Comer en Comillas
La cocina tradicional de Comillas está muy influenciada por su ubicación a orillas del mar Cantábrico, aunque también llegan recetas y productos del interior de la Comunidad Autónoma.
Algunos de los platos típicos para abrir boca pueden ser:
- Pastel de cabracho
- Marmitaco o sorropotún de bonito
- Rabas de calamar
- Boquerones en vinagre
- Ventresca de bonito
- Anchoas de Santoña
- Bonito encebollado
- Pulpo, mejillones, almejas, gambas y langostinos, chipirones, navajas o zamburiñas
Entre los platos principales también hay una variedad, empezando por las mariscadas, parrilladas y arroces.
Pasando por los pescados al horno o a la plancha, como merluza, bacalao, rodaballo, rape o lubina, hasta llegar a las carnes de vacuno que pastan en los verdes prados de la región.
Comer de menú ronda los 15€, comer a la carta sale por unos 20 o 25€ por comensal.
Cómo llegar a Comillas
Desde Santander parten los autobuses de La Cantábrica con destino a San Vicente de la Barquera y parada intermedia en Comillas.
El viaje dura aproximadamente una hora, el billete cuesta 4€.
Otra alternativa es viajar en transporte particular, hasta Comillas se puede llegar fácil y rápidamente desde la A-8 o Autovía de Cantábrico.
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