Qué ver en Vega de Pas
Considerada la más importante de las tres villas pasiegas, sigue leyendo y descubre qué ver en Vega de Pas.
Aunque no destaca especialmente por su patrimonio histórico, sí por su patrimonio natural gracias a su ubicación entre altas montañas.
Esto además ha permitido que se conservan intactas sus tradiciones más arraigadas, incluyendo las cabañas pasiegas que salpican el paisaje.
Visitar Vega de Pas
La visita empieza inevitablemente en la Plaza del Doctor Madrazo, rodeada por edificios de arquitectura montañesa con sus tradicionales balconadas de madera.
En un extremo se alza la Iglesia de Nuestra Señora de la Vega, construida entre los siglos XVII y XVIII.
Del exterior llama la atención su monumental espadaña de tres vanos, la mayor de los Valles Pasiegos.
Ya en el interior merece la pena detenerse a observar la crucería gótica estrellada, así como las diferentes capillas.
En el espacio anexo a la entrada hay una antigua Mesa de Juntas de piedra, muy posiblemente del siglo XV.
Además hay un quiosco de música y a sus pies un monumento al sobao pasiego y la quesada, los dos productos gastronómicos más importantes de la comarca.
A unos pocos metros de la Plaza Mayor se encuentra el complejo sanitario del Doctor Madrazo, eminente cirujano nacido en la villa en 1850.
En 1894 creó un sanatorio quirúrgico, hospital pionero en su época con capacidad para veinte pacientes.
Con posterioridad, en 1910 fundó las Escuelas Públicas, con un concepto mucho más moderno e integral de la enseñanza.
Hoy todo el complejo se encuentra en ruinas, pero aún así, permite hacerse una idea de la importancia del Doctor Madrazo para Vega de Pas.
A continuación podemos visitar el Museo de las Tres Villas Pasiegas, ubicado en la antigua Ermita de San Antonio.
Ideal para conocer las costumbres pasiegas, incluye reproducciones, herramientas, muebles, utensilios y fondo documental.
Cabañas pasiegas
Además del patrimonio histórico del centro urbano de Vega de Pas, su principal atractivo reside en la arquitectura popular que salpica los valles de los alrededores.
Se trata de las cabañas pasiegas, construcciones que se vienen usando desde hace siglos en la región.
Son robustas edificaciones de piedra, rematadas con tejado de lastras y dispuestas en parcelas individuales cerradas por muros.
Los pasiegos las utilizaban para la muda, una forma de trashumancia en la que toda la familia se trasladaba junto con el ganado en busca de los mejores prados.
De la construcción de dos plantas se reservaba la inferior como cuadra para los animales, por su parte la superior servía como vivienda y almacén.
Con la mejora de las carreteras y el transporte este sistema de trasterminancia ha ido desapareciendo, estableciendo una residencia fija en casas cercanas al pueblo.
A pesar de eso, desde el fondo de los valles hasta lo alto de las montañas, el paisaje ha quedado salpicado de cabañas que muestran el legado de la vida rural pasiega.
Muchas de ellas han sido reconvertidas en alojamientos turísticos, ofreciendo al visitante todas las comodidades en un entorno tradicional.
Estación de Yera
También llamada Estación de La Engaña, es la parte más visible de los restos que se conservan del ferrocarril Santander – Mediterráneo.
Como el resto de infraestructuras del proyecto hoy se encuentra abandonada, pero eso no ha impedido que su fantasmal figura atraiga cada año a miles de visitantes.
Se puede ver un edificio de planta rectangular compuesto por dos pisos, además cuenta con marquesina de 4 metros de anchura.
A su lado hay un antiguo almacén de mercancías, ambos ubicados sobre un viaducto de 50 metros de altura compuesto por 32 arcos.
Desde este punto las vías se adentran por la montaña hacia Burgos, atravesando cuatro túneles hasta llegar al famoso Túnel de La Engaña.
Por el camino veremos antiguas infraestructuras también relacionadas con la construcción del ferrocarril, como los barracones donde se alojaban los trabajadores, en principio presos republicanos.
Túnel de La Engaña
Por fin llegamos al Túnel de La Engaña con sus 6.976 metros de longitud, de los cuales apenas 1.000 metros discurren por Cantabria.
El resto pertenecen a la provincia de Burgos, donde se encuentra la boca sur a la altura de Pedrosa de Valdeporres.
Inaugurado en 1959, nunca llegó a circular ningún tren ya que el proyecto fue abandonado cuando apenas quedaban 50 kilómetros para para unir Santander con el Mediterráneo.
Aún así, durante muchos años sirvió como alternativa para el transporte de mercancías cuando el Puerto de El Escudo cerraba por la nieve.
Hasta 1999, cuando un derrumbe en el interior provocó el cierre por su alta peligrosidad, aunque se podría cruzar a pie.
Puerto de las Estacas de Trueba
Límite natural entre Cantabria y Burgos, ofrece desde sus diferentes miradores espectaculares vistas del entorno.
Se llega siguiendo la carretera CA-631 desde Vega de Pas, una vez en Burgos pasa a llamarse BU-570 para llegar hasta Espinosa de los Monteros.
La altura máxima es de 1.153 metros sobre el nivel del mar, donde nace el río Yera que se precipita por vertiginosas cascadas.
Del otro lado se extiende el cabañal de Las Machorras, a los pies del imponente Cerro de Castro Valnera.
Puerto de la Braguía
El otro gran puerto de montaña de Vega de Pas, encargado de conectar el pueblo con la vecina localidad de Selaya.
Por él discurren las sinuosas curvas de la carretera CA-262, ofreciendo inmejorables vistas del paisaje.
Imprescindible detenerse en el Mirador de la Braguía, dentro del término municipal de Vega de Pas, aunque en la vertiente de Selaya hay también varios observatorios.
Recientemente restaurado, ofrece una amplia zona verde con vistas de casi 360º, bancos y merenderos.
Rutas por Vega de Pas
Para conocer a fondo el paisaje, tradiciones y arquitectura, no hay mejor plan que seguir alguna de las rutas de senderismo por Vega de Pas.
Hay un total de 8 rutas señalizadas, 6 de ellas son de Pequeño Recorrido (PR) y las otras dos forman parte del Gran Recorrido por el Corredor Oriental de Cantabria.
- PR-S62 Miradores de Valnera: sendero circular de media montaña, distancia de 9 kilómetros y desnivel de 790 metros.
- PR-S63 Rucabao-Aguasal: recorrido lineal de 7,5 kilómetros entre las cuencas que drenan el macizo de Valnera, con inicio en Portilla y final en Pandillo.
- PR-S65 Valle de Viaña: ruta fácil por la confluencia de los arroyos de Tejeda y Bustalvain, circular de algo más de 6,5 kilómetros y desnivel de 270 metros.
- PR-S72 Cotero de la Marruya: sendero circular hacia el Valle de Aján, su dificultad es alta debido a la longitud que supera los 20 kilómetros y el desnivel de 1.210 metros.
- PR-S75 Riberas del Yera y Aján: recorrido circular de 15 kilómetros que discurre entre cabañales junto a los ríos Yera y Aján, el desnivel es de 467 metros.
- PR-S76 Praderas de Ruyemas: otra ruta fácil para hacer en familia, son algo menos de 5 kilómetros entre las verdes praderas del cabañal de Ruyemas.
Las otras dos rutas forman parte del Corredor Oriental de Cantabria (GR-74), se trata de la etapa 4 de Selaya a Vega de Pas y la etapa 5 de Vega de Pas a San Pedro del Romeral.
Historia de Vega de Pas
No están claros los orígenes de la localidad, aunque un estudio de los topónimos y antropónimos hablan de primeros moradores celtas.
Con el paso del tiempo la región, salvaje e inhóspita, formó parte del Monasterio de San Salvador de Oña y de Espinosa de los Monteros, ambos en la provincia de Burgos.
Es ya en el siglo XVI cuando obtiene el título de Villa de Realengo, lo que trajo como consecuencia la construcción de la iglesia parroquial.
A partir de esa época se tiene constancia de la forma de vida tradicional pasiega, con su sistema de ganadería semitrashumante.
A lo largo del año las familias se trasladan con su ganado en busca de los mejores prados, para las llamadas mudas cada una debían tener entre 5 y 10 cabañas.
La vaca pasiega fue la que marcó el tejido productivo de la región, principalmente dedicado a la mantequilla y los quesos debido a la alta concentración de grasa de la leche.
También por esa época y hasta principios del siglo XX, se extendió por todo el país la fama de las amas de cría pasiegas.
Estas nodrizas encargadas de alimentar con su leche materna a los bebés de otras mujeres, eran las preferidas por la Familia Real.
Con el tiempo se han ido perdiendo muchas de esas tradiciones, pero aún así los Valles Pasiegos conservan en gran medida ese aislamiento que se ha convertido en su principal reclamo.
Fiestas de Vega de Pas
Las fiestas patronales tienen lugar alrededor del 8 de septiembre, en honor de Nuestra Señora de la Vega.
El programa de actividades incluye concursos, conciertos, competiciones de bolos, concentración ganadera y por supuesto misa y ofrenda floral a la Virgen.
Otra multitudinaria celebración es la Gran Fiesta del Sobao y la Quesada Pasiega, coincidiendo en el puente de Semana Santa.
Por supuesto no falta el mercado con sobaos, quesadas y otros productos típicos, pero también pasacalles, talleres infantiles o exhibiciones de bolos y oficios artesanos.
Otras fiestas religiosas son la Ascensión, el Corpus Christi, Nuestra Señora de la Soledad en el barrio La Gurueba y la Virgen del Pilar en Guzparras.
Además hay varios encuentros deportivos a lo largo del año, destacando entre ellos la carrera Kilómetro Cero Vertical de Castro Valnera.
También está el encuentro de barranquismo en abril y el Trail Vega de Pas – Túnel de la Engaña en septiembre.
Comer en Vega de Pas
La gastronomía es otro de los grandes atractivos de los Valles Pasiegos, marcada por los productos lácteos que se obtienen de la leche de las vacas que pastan en los verdes prados de la región.
Durante siglos ha tenido gran renombre la mantequilla pasiega, con la que se elaboran los sobaos y quesadas.
Estos dos son precisamente los productos más típicos para comprar en Vega de Pas, ambos cuentan con Indicación Geográfica Protegida.
También cabe destacar la gran variedad de quesos, aunque el único que cuenta con Denominación de Origen Protegida es el Queso Nata de Cantabria.
Además los hay frescos, curados, ahumados, cremosos o elaborados con leche de oveja.
Cuatro restaurantes hay en Vega de Pas que ofrecen un completo menú del día, por un precio que ronda los 15€.
Entre los primeros no falta el cocido montañés y entre los segundos la carne de ternera, cerdo o truchas para los que prefieran pescado.
Cómo llegar a Vega de Pas
No hay medio de transporte público para llegar a Vega de Pas, la estación de autobuses más cercana es la de Selaya.
Hay rutas diarias de autobús desde Santander gestionadas por Alsa, el trayecto dura algo menos de una hora y cuesta 3.30€.
Desde Selaya hasta Vega de Pas habría que trasladarse en taxi.
Por ese motivo la mejor opción es el transporte particular, teniendo conexión con:
- Torrelavega: a través de la carretera N-623 y desviarse en Entrambasmestas hacia la CA-263.
- Burgos: misma carretera N-623 en dirección norte.
- Santander: se puede optar por la N-623, CA-142 atravesando Sarón, Villacarriedo y Selaya o la CA-260 pasando por Liérganes y San Roque de Riomiera.
- Espinosa de los Monteros: se llega a atravesando el Puerto de las Estacas de Trueba, utilizando las carreteras CA-631 y BU-570.
En la entrada de la localidad, junto al Colegio Municipal, hay un amplio aparcamiento gratuito.
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