Qué ver en Torla-Ordesa
Considerada la puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, sigue leyendo y descubre qué ver en Torla-Ordesa.
Quizás te suene más simplemente Torla, su nombre hasta noviembre de 2014 derivado de la palabra “torre”.
Qué hacer en Torla-Ordesa
Iglesia de San Salvador
Es el principal monumento histórico, se alza sobre una roca con vistas al valle y las montañas de alrededor.
Fue construida originalmente siguiendo un estilo románico, perdido casi por completo en una reconstrucción en el siglo XVI.
Del exterior llama la atención las distintas alturas de todos los elementos que componen el edificio, rematados con piedra pizarra.
En el interior se han conservado retablos de gran valor artístico, traídos de distintos pueblos abandonados de la zona.
A su lado se conservan las ruinas de un antiguo castillo, hoy convertido en Museo Etnológico.
Es el lugar ideal para conocer más acerca de las costumbres y tradiciones de Torla-Ordesa.
En la planta baja se conserva la Cripta de San Jorge, con pinturas del siglo XVII representando a San Jorge matando al dragón.
Plaza Mayor
Otro punto de interés es la Plaza de Aragón, lleva siendo el centro de la vida social de Torla desde el siglo XIII.
De entre los siglos XIII al XVIII se conservan varias casonas tradicionales, ejemplos perfectos de la arquitectura del Alto Aragón.
Todas han sido construidas con la pizarra tan abundante en la zona, aportándoles su característico color oscuro.
Además todas cuentan con chimenea de piedra, decorada con espantabrujas; así como leñeros, ubicados anexos a la fachada
A su alrededor se concentra la principal oferta de alojamiento, incluyendo hoteles, hostales, apartamentos, casas rurales o campings.
También hay numerosas tiendas de productos típicos, bares y restaurantes, sin olvidar la Oficina de Turismo.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Si por algo destaca Torla es por ser la entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el segundo parque nacional más antiguo de España.
Desde aquí hay excursiones para todos los gustos, las rutas más sencillas llevan hasta la Cola de Caballo.
Las más difíciles obligan a pasar la noche antes de afrontar la subida al Monte Perdido, con sus 3.355 metros de altura.
Además puedes aprovechar para realizar actividades de aventura, como cicloturismo, rafting, barranquismo, escalada, vía ferrata, snowkite, paseos con raquetas o excursiones en 4X4.
Hay varias épocas al año en las que el acceso en vehículo particular al Valle de Ordesa está prohibido, únicamente se puede llegar en autobús.
El primer autobús sale de Torla a las 6 de la mañana y el último regresa a las 6 de la tarde, excepto de junio a agosto que regresa a las 19:00 horas.
El billete sencillo cuesta 3€, el de ida y vuelta 4,5€.
Historia de Torla-Ordesa
Aunque se sabe que existieron asentamientos tardorromanos en la zona, la historia de Torla no comienza oficialmente hasta el siglo XI.
Concretamente en el año 1076, cuando se tiene constancia de una primera mención escrita que confirma su existencia.
Desde los inicios su situación geográfica ha marcado su historia, sufriendo constantes incursiones y asedios de los franceses.
También continuos enfrentamientos con los vecinos del Valle de Barèges.
Además, su posición fronteriza con Francia ha influido en su modo de vida, siendo cañada de paso del ganado desde el siglo XIII.
Las primeras fortificaciones fueron construidas en el siglo XIV, después de un duro asedio de los invasores galos.
De esa época sólo se conservan los restos de una antigua torre, lo que hoy se conoce como Cripta de San Jorge.
En el año 1512 sufrieron otro importante saqueo, lo que obligó a mejorar el sistema defensivo.
En esta ocasión se llevó a cabo la construcción de un castillo y una muralla rodeando la localidad.
A raíz de esos enfrentamientos los torlanos ganaron la fama de “bravos”, recibiendo además el título de villa como agradecimiento por su valentía.
Esas fortificaciones tampoco han permanecido bien conservadas, debido a los destrozos causados por la Guerra de Sucesión, la Guerra de Independencia o la Guerra Civil.
Únicamente quedan en pie algunos restos del castillo, convertido más tarde en abadía y actualmente en Museo Etnológico.
El período de mayor esplendor económico se vivió a lo largo del siglo XVII, cuando la ausencia de conflictos y el auge del comercio y el contrabando trajeron grandes riquezas a la población.
En esa época se construyeron la mayoría de casonas tradicionales, como la Casa Viu, Casa Ruba, Casa Colosca o Casa Tapia, todos hechas de piedra y con escudos nobles en su fachada.
Aunque las numerosas guerras provocaron la pérdida de gran parte del patrimonio histórico, ha sido completamente restaurado para devolverle su antiguo esplendor.
Hoy en día en uno de los mejores ejemplos que se conservan de la arquitectura popular del Alto Aragón.
Miles son los visitantes que llegan cada año a Torla-Ordesa para descubrir sus encantos, pero también por ser la puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Fiestas de Torla-Ordesa
Las fiestas grandes son el 12 de octubre, en honor de la Virgen del Pilar.
Las tradiciones más arraigadas salen a relucir ese día, con tres danzas populares que representan la vida de los pastores de la zona.
- Repatán, la danza más espectacular de todas, representa la recogida del ganado en invierno y la elección por el mayoral del nuevo pastor entre los más novatos.
- Paloteao, se realiza en conjunto con la procesión de la Virgen del Pilar, representa el control por las zonas de pastos de alta montaña.
- Jota, baile muy diferente a la tradicional jota aragonesa, representa las reuniones nocturnas de los pastores.
También es de gran tradición el Carnaval, un personaje mezcla de oso y macho cabrío es atrapado por el Tenedor para llevarlo a juicio por las cosas negativas que han vivido los vecinos a lo largo del año.
Los curas son los encargados de juzgar al Carnaval que finalmente es condenado a muerte, pero sólo hasta las fiestas del siguiente año.
Por último es imprescindible hablar de las romerías, en Torla-Ordesa se celebran cuatro a lo largo del año, aunque originalmente eran cinco:
- 17 de enero, Romería de San Antón
- 8 de mayo, Romería de San Miguel
- Segunda Pascua de mayo, Romería de Santa Elena
- 13 de diciembre, Romería de Santa Lucía
La Romería de Santa Ana se ha perdido con el paso del tiempo, pero sí se conserva su ermita.
Comer en Torla-Ordesa
Después de un día repleto de actividades al aire libre, no hay nada mejor que regresar a Torla-Ordesa y disfrutar de su gastronomía tradicional.
Se trata de platos contundentes que ayudan a combatir el frío clima de la zona y las largas jornadas de montaña.
Se puede empezar con una buena cazuela de judías o unas migas aragonesas.
De segundo puedes elegir entre las carnes del valle a la brasa o el cordero al horno o guisado.
Para terminar un delicioso postre, no hay nada más típico que fruta al vino, como peras o melocotones.
Pero eso sí, si visitas Torla durante el Carnaval, no puedes dejar de probar los crispillos, rosquillas, buñuelos o empanadas de membrillo.
Cómo llegar a Torla-Ordesa
La mejor opción para llegar en transporte público es viajar en primer lugar a Sabiñánigo, bien en tren o bien en autobús.
Desde ahí parte una ruta diaria de autobús a Torla que tarda aproximadamente una hora. El billete cuesta 4,25€.
Otra opción es viajar hasta Barbastro y desde ahí a Torla, pero el viaje en autobús dura y cuesta el doble.
Todas estas rutas de autobuses están gestionadas por AvanzaBus.
Sin duda lo mejor es viajar en transporte particular, ya que puedes recorrer la zona a tu aire, visitando pueblos y ciudades como Broto, Aínsa o Jaca.
La única carretera de acceso es la N-260, a través de Sabiñánigo o a través de Aínsa
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Aparcar en el casco histórico es muy complicado, pero hay un gran aparcamiento público justo a la entrada con capacidad para 400 turismos.