Qué ver en Torrelaguna
Incluida entre las monumentales villas de Madrid, sigue leyendo y descubre qué ver en Torrelaguna.
El conjunto histórico que se extiende alrededor de la Plaza Mayor, ha sido incluido como Bien de Interés Cultural.
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Visitar Torrelaguna
Aquí tienes una guía completa de Torrelaguna, también puedes aprovechar para visitar Patones de Arriba, Buitrago del Lozoya o La Hiruela.
Iglesia de Santa María Magdalena
Ubicada en la Plaza Mayor, es el principal monumento de Torrelaguna.
Está considerada una de las mejores muestras del gótico en Madrid, por ese motivo fue declarada Monumento Nacional en 1983.
Su construcción se alargó desde el siglo XV al XVII, uno de los primeros elementos en ser edificados fue la magnífica torre campanario.
El Cardenal Cisneros aportó el dinero y contrató al arquitecto encargado de la obra, por eso hoy puede verse su escudo en el cuerpo superior de la torre, junto al escudo de Torrelaguna.
La portada principal está dedicada al Milagro de la Imposición de la Casulla a San Ildefonso.
Por contra la fachada sur es de estilo hispano flamenco y representa la Resurrección de Cristo.
En el interior destaca el Retablo Mayor plateresco, obra del maestro del barroco español, Narciso Tomé.
Acoge la imagen de Santa María Magdalena, flanqueada por la de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza.
La Capilla de la Anunciación y la Capilla de San Felipe, ubicadas en los laterales, fueron los últimos elementos añadidos a la construcción.
La Iglesia de Santa María Magdalena se puede visitar: los sábados de 11:30 a 13:30 horas y los domingos de 11:30 a 12:00 y de 13:00 a 13:30 horas.
La entrada es gratuita.
Ayuntamiento de Torrelaguna
Alojado en el edificio del antiguo pósito municipal, es el otro gran monumento de interés de la Plaza Mayor.
La construcción se llevó a cabo a principios del siglo XVI, para su utilización como almacén de granos.
Fue una de las obras promovidas por el Cardenal Cisneros para mejorar la vida de su villa natal.
El edificio es de estilo renacentista, hoy en día sólo se conserva su preciosa fachada formada por dos plantas porticadas, rematando el conjunto un tejado a dos aguas.
La portada principal rompe las características arquitectónicas del resto del edificio, siendo de estilo gótico.
Si hay un elemento que llama la atención es el gran escudo del Cardenal Cisneros, está ubicado sobre una inscripción que se encuentra a la derecha de la fachada.
Convento de Concepcionistas
Es el último de los edificios relevantes de la Plaza Mayor, una antigua abadía para mujeres fundada en 1560.
De la construcción original sólo se conserva la portada plateresca que daba acceso a la iglesia.
Además del mausoleo de los fundadores, Hernan Bernaldo de Quirós y su esposa.
También se puede visitar el Convento de las Carmelitas de la Caridad, del siglo XIX.
Así el Monasterio Franciscano de la Madre de Dios, fundado a principios del siglo XVI por el propio Cardenal Cisneros.
Los bombardeos de la Guerra de Independencia causaron estragos en el Monasterio Franciscano.
Hoy en día sólo se conserva la espadaña, hogar de las numerosas cigüeñas que habitan en la localidad.
Alhóndiga o Alfolí de la Sal
Es uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura popular castellana.
Se trata de una construcción del siglo XV utilizada como mercado de abastos, más tarde como almacén de sal o alfolí y actualmente como museo-restaurante.
También cabe señalar la Casa de la Cultura, alojada en el Antiguo Hospital de la Santísima Trinidad, cuyo mayor interés es la fachada principal barroca.
Palacios de Torrelaguna
Del período de mayor esplendor de la villa se conservan un gran números de palacetes señoriales, muchos de ellos con los escudos nobiliarios en sus fachadas.
En este apartado hay que destacar el Palacio de Salinas, aunque sólo se conserva su fachada renacentista, cuyo diseño es atribuido a la familia Gil de Hontañón.
Su importancia radica en que sirvió de referencia para la construcción de la Universidad de Alcalá de Henares.
Muy cerca se encuentra el Palacio de Arteaga, casa palaciega del siglo XVII perteneciente a la familia Arteaga, hoy en día utilizada por el Canal de Isabel II.
Además de su fachada clasicista es de gran interés el patio central, aunque no es posible acceder al interior.
Muralla de Torrelaguna
Durante siglos la villa estuvo rodeada por un conjunto amurallado que evitó las invasiones enemigas, aunque sufrió graves daños por los bombardeos de la Guerra de Independencia y la Guerra Civil.
Hoy en día aún se conservan algunos restos esparcidos por la ciudad, se puede ver la Puerta del Cristo de Burgos, algunos tramos del lienzo y la Torre de la Montera.
Historia de Torrelaguna
Sus orígenes se remontan al Imperio Romano, cuando recibió el nombre de Barnacis, aunque se han encontrado restos que indican una ocupación anterior celtíbera.
El nombre actual es de origen árabe, estos construyeron una atalaya junto a una laguna tras arrebatar la villa a los visigodos, la denominación surgió natural con el tiempo.
En el año 1085 Alfonso VI recupera la localidad para los cristianos, poniéndola bajo la jurisdicción del Arzobispado de Toledo.
Hasta 1390 estuvo ligada a la cercana Uceda, perteneciente actualmente a la provincia de Guadalajara.
Aquel año, Juan I de Castilla le concedió el título de Villa Libre y por tanto su independencia jurisdiccional.
Uno de los personajes más ilustres de la localidad fue el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, quien llegó a ser arzobispo de Toledo y regente de la Corona de Castilla.
Nunca se olvidó de sus humildes orígenes, promoviendo un gran número de construcciones religiosas y civiles.
A partir de entonces muchos nobles de la capital decidieron establecer su residencia aquí, construyendo decenas palacetes por toda la localidad.
Fue también la época de construcción de la Iglesia de Santa María Magdalena.
Otro personaje ilustre residente en Torrelaguna fue Santa María de la Cabeza, esposa de San Isidro Labrador, ambos vivieron aquí a finales del siglo XII.
Felipe II vendió la villa en 1574, en 1629 fue comprada por Felipe IV, para finalmente conseguir su independencia en 1749, cuando Carlos III le concede el título de municipio.
Uno de los capítulos más tristes de su historia se escribió en la Guerra de Independencia, cuando gran parte de los monumentos históricos resultaron destruidos.
Lo mismo pasó en la Guerra Civil, aunque muchos de los edificios fueron restaurados, algunos de ellos han quedado desde entonces en ruina.
Es el caso del Convento de San Francisco y el Convento de Concepcionistas Franciscanas Descalzas, de los que actualmente sólo se conservan unos pocos elementos.
Hoy en día Torrelaguna atrae a miles de turistas cada año, convirtiéndose en una visita imprescindible en los alrededores de Madrid, no en vano fue declarada Conjunto Histórico Artístico.
Fiestas de Torrelaguna
Las fiestas patronales se celebran el primer fin de semana de septiembre, rindiendo culto a la Virgen de Nuestra Señora de la Soledad.
Se trata de unas fiestas instituidas por el Cardenal Cisneros, en honor a la Natividad de la Virgen María.
Es el momento de ver salir a la Virgen en romería por las calles de la villa, disfrutar con los fuegos artificiales y los más valientes lanzarse a correr en los encierros.
Otra fiesta de interés religioso es la Romería de Santa María de la Cabeza, celebrada a mediados de junio.
Los eventos giran en torno a la Ermita de la Virgen de la Piedad, una tradición que instauraron Santa María de la Cabeza y su esposo San Isidro Labrador.
Entre las fiestas menores o populares se encuentran las Cruces de Mayo, con sus tradicionales rondallas y concursos para elegir la mejor cruz.
Así como las Hermandades Cofrades, con sus cinco verbenas y luminarias.
Comer en Torrelaguna
Una forma diferente de acercarse a la cultura tradicional castellana es a través de su gastronomía, con una cocina típica que ha perdurado a través de los siglos hasta nuestros días.
No hay mejor lugar para degustar la cocina tradicional que en los restaurantes con cuevas-bodegas, ubicados en antiguas casonas del siglo XVIII.
Para abrir boca se puede empezar con unas migas acompañadas con uvas, una rica sopa castellana o unos judiones.
Para el plato principal se puede optar por las exquisitas carnes rojas de la zona o un jugoso asado castellano.
Cómo llegar a Torrelaguna
Se puede llegar desde Madrid en transporte público, utilizando la línea 167 de los autobuses interurbanos que parten desde el Intercambiador de Plaza Castilla.
La línea hace la ruta Madrid-Torrelaguna-Patones-Uceda, hasta la localidad se tarda algo menos de una hora. El billete cuesta 5,10€.
En transporte particular se llega desde la autovía A1 Madrid-Burgos, hay que tomar la salida 50 para enlazar con la carretera N-320.
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