Qué ver en Escalona, Toledo
Considerado uno de los pueblos más bonitos de Toledo, sigue leyendo y descubre qué ver en Escalona.
Su principal monumento es el castillo medieval, imponente fortaleza que se alza sobre el río Alberche.
Precisamente el río es el otro gran atractivo, contando con una playa fluvial ideal para refrescarse en los meses de verano.
Visitar Escalona del Alberche
Castillo de Escalona
A pesar de encontrarse en ruinas, es sin duda el principal monumento histórico de Escalona.
Se alza desde el siglo XII en un cerro sobre el río Alberche, aunque ya existieron construcciones defensivas desde la época romana.
Alfonso VI pronto se dio cuenta de su importancia estratégica, ya que por entonces era frontera entre los territorios cristianos y musulmanes.
Tras la Batalla de las Navas de Tolosa Alfonso X cedió el castillo a su hermano, el infante Don Manuel.
A partir de entonces cuatro personajes marcaron para siempre su historia:
- Infante Don Juan Manuel, quien de hecho nació en el Castillo de Escalona.
- Don Álvaro de Luna, condestable de Castilla impulsor de la época de oro, conocida como la Corte de los Prodigios.
- Don Juan Pacheco y su hijo Diego, primeros marqueses de Villena y duques de Escalona.
Por entonces se convirtió en una máquina de guerra perfecta, gracias a sus seis sistemas de defensa.
Pero eso no evitó que fuera incendiado en varias ocasiones, la última durante la Guerra de Independencia.
Desde entonces permanece en ruinas, con sus torres y almenas ocupadas por familias de cigüeñas.
La parte mejor conservada es el palacio mudéjar de Don Álvaro de Luna, junto a la Torre del Homenaje de 22 metros de altura.
Al ser una propiedad privada sólo se puede visitar el interior los sábados, el exterior libremente.
Murallas de Escalona
A partir del castillo se extendía una línea de murallas que rodeaba todo el casco antiguo, al que se accedía a través de tres puertas.
Aunque ha perdido su función defensiva, todavía se pueden ver numerosos tramos que permiten hacerse una idea del trazado original, con más de 900 años de antigüedad.
La parte mejor conservada se encuentra al sur, ofreciendo vistas panorámicas hacia el río Alberche, el puente que lo cruza y los bosques de alrededor.
Paralelo a la línea de muralla discurre el antiguo Camino Real de Castilla, encargado de conectar Toledo, Ávila o Valladolid.
En el punto más alto se alza la Torre del Agua, data de la primera mitad del siglo XX.
Esta fabulosa muestra de arquitectura industrial actualmente está en desuso, pero se ha reconvertido en Oficina de Turismo.
Por el contrario, en el lado norte se encuentra el Arco de San Miguel, la mejor conservada de las puertas con las que llegó a contar Escalona.
Sobre él se alza la torre campanario de la Iglesia de San Miguel, aportándole más monumentalidad al conjunto.
Además está flanqueado por los restos de los gruesos muros de la muralla, aunque a veces cuesta distinguirlos entre las construcciones recientes.
Finalmente se puede visitar el Arco de San Ramón, conocido como “La puerta de atrás”, con acceso hacia el valle del arroyo de La Parra.
La que sí ha desaparecido por completo es la Puerta del Río, principal acceso desde el sur.
Plaza del Infante Don Juan Manuel
Epicentro de la villa desde hace más de 500 años, su estilo es tradicional castellano.
Está rodeada por edificios de dos plantas, con soportales sujetos por columnas de granito, muchos de ellos reconvertidos en alojamientos.
Domina el conjunto la Casa del Concejo, construida a finales del siglo XV como ayuntamiento.
Hoy está ocupada por la Biblioteca Municipal, acogiendo manuscritos con siglos de antigüedad.
Cabe destacar que las columnas que sujetan el pórtico no son las originales, estas provienen del patio del castillo.
De hecho la central está estrechamente relacionada con Álvaro de Luna, ya que tiene un escudo con una luna grabada.
Ésta fue borrada por orden de Juan Pacheco, al igual que cualquier resto del condestable, pero se dice que todavía puede verse la luna si así lo desea el espíritu de Don Álvaro.
Además en la columna derecha es donde se produjo la mítica escena final del Lazarillo de Tormes, aunque ésta no sería la columna original.
El centro de la plaza está decorado con un quiosco de música, añadido a principios del siglo XX.
En cada uno de sus lados puedes ver cerámicas que recuerdan la historia y tradiciones de Escalona.
Ruta de los murales
Otra manera de conocer la historia de Escalona, leyendas y tradiciones, es siguiendo la ruta de los murales.
Se trata de obras de arte callejero pintadas por Mr. Trazo, un total de 13, la última dedicada a los héroes del Covid.
Además hay algunas con escenas tradicionales de Escalona, como el hortelano, las lavanderas, la vendimia o las fiestas con sus fuegos artificiales.
Otras recuerdan su historia, como el mural de La Corte de los Prodigios con Don Juan Manuel y Don Álvaro de Luna.
O el que revive los sitios al Castillo de Escalona, con tropas asentadas en la playa del Alberche.
Por último están los homenajes, como al paso del Camino de Santiago por Escalona, a la novela El Lazarillo de Tormes o a los cines de invierno y de verano.
En la web oficial de turismo puedes descargar el mapa con todos los murales.
Iglesia de San Miguel
Única superviviente de las cuatro iglesias con las que llegó a contar Escalona, por eso llama la atención su sencillez.
Aún así esconde grandes tesoros barrocos en su interior, accediendo a través de una monumental puerta de madera.
También es curioso que la torre campanario no se encuentra en la propia iglesia, sino sobre el anexo Arco de San Miguel.
Entre la iglesia y la muralla se extiende una estrecha calle que servía como camino de ronda bajo, hoy sólo quedan tres arcos arbotantes que sujetaban la estructura.
La parte posterior de la iglesia es de ladrillos y piedras, traídos de la desaparecida Iglesia de Santa María.
A sus pies hay una tranquila plaza presidida por una cruz de piedra, originalmente ubicada en la plaza principal.
Convento de la Encarnación
Ya extramuros podemos ver este convento de monjas franciscanas de clausura, fundado hace más de 500 años.
La fundadora de la congregación fue Santa Beatriz de Silva, dama de compañía de la reina Isabel de Portugal rodeada de una leyenda relacionada con un baúl.
Camino de Santiago
Por Escalona pasan dos variantes del Camino de Santiago, el Camino del Sureste y el Camino de Levante.
Ambos se juntan justo antes de cruzar el puente sobre el río Alberche, para separarse de nuevo a los pies del Convento de la Encarnación.
Por toda la localidad puedes ver las míticas flechas amarillas del Camino de Santiago, además de monumentos y hasta un mural homenaje.
Como es final de etapa, en la propia localidad hay un albergue para los peregrinos.
Playa del río Alberche
El gran protagonista de la historia y desarrollo de Escalona es sin duda el río Alberche, rodeado por un frondoso bosque de ribera.
Hoy en día se ha convertido en el lugar ideal para refrescarse durante los calurosos meses de verano, gracias a sus enormes arenales.
Su playa acoge cada fin de semana a cientos de visitantes, muchos aprovechando la cercanía con Madrid.
Además cuenta con un paseo fluvial que hará las delicias de los amantes de la naturaleza, extendiéndose paralelo a la orilla izquierda.
Historia de Escalona
Con orígenes que se remontan a los celtas, su historia más documentada comienza con la reconquista cristiana por parte de Alfonso VI.
Debido a su situación geográfica pronto se convirtió en enclave estratégico, en la frontera entre los territorios cristianos y musulmanes.
Por eso fue inmediatamente fortificada, además se le otorgaron fueros en 1118 y se nombró cabeza de la Comunidad de Villa y Tierra de Escalona.
Alfonso X cedió el territorio a su hermano, el infante Don Manuel de Castilla, precisamente en el Castillo de Escalona nació su hijo y sucesor, el infante Don Juan Manuel.
Pero el período de mayor esplendor llegaría con Don Álvaro de Luna, condestable de Castilla que convirtió a Escalona en la “Corte de los Prodigios”.
Tras su caída en desgracia pasó a manos de Juan Pacheco, quien de hecho recibió el título de duque de Escalona.
A mediados del siglo XVI se convirtió en protagonista de la literatura castellana, siendo el escenario del mítico final de la novela El Lazarillo de Tormes.
Pocos episodios merecen ser reseñados hasta la Guerra de Independencia, cuando el castillo fue incendiado, permaneciendo en ruinas desde entonces.
Con los años la importancia estratégica de Escalona fue desapareciendo, siendo hoy tierra agrícola que recibe a numerosos visitantes en verano gracias a la playa del río Alberche.
Fiestas de Escalona
El año comienza con el Baile de la Guarrilla, entre el 1 y el 7 de enero.
Mediante un repique de campanas del reloj de la Biblioteca Municipal, se conmemoran los sitios fallidos que tuvieron lugar hace más de 1.000 años.
También en enero, el 17 es el Día de San Antón, patrón de los animales, y el 23 el Día de San Ildefonso, más conocido en Escalona como Día de la Tortilla, porque es lo que comen las familias que se juntan en el campo.
Ya el 15 de agosto es el Día de la Virgen de la Asunción, enlazando con el 16 que es el Día de San Roque, patrón de Escalona.
Pero hay que esperar hasta la tercera semana de agosto para vivir las Fiestas de Verano, con conciertos, concursos y suelta de vaquillas.
Las otras fiestas patronales tienen lugar entre el 8 y el 9 de diciembre, en honor de la Inmaculada Concepción.
Comer en Escalona
Gracias a haber sido cruce de caminos durante siglos, la gastronomía de Escalona ha absorbido lo mejor de cada lugar, contando siempre con los mejores productos de la tierra.
No faltan las migas, sopas, ensaladas, arroces, carnes rojas, perdiz toledana o asados castellanos.
A pesar de su lejanía con el mar, también son muy tradicionales las frituras de pescado y los espetos.
Como acompañamiento nada mejor que vino de Méntrida, con Denominación de Origen Protegida.
Cómo llegar a Escalona
El acceso en transporte público es realmente complicado, por lo que la mejor opción es llegar a Maqueda con la línea de autobuses que une Madrid con Talavera de la Reina.
Desde allí el ayuntamiento ha puesto en marcha un servicio de taxi-lanzadera, coincidiendo con los horarios de autobús.
El precio es de 2€, pero hay que reservar con antelación por teléfono o Whatsapp.
Mucho más cómo es llegar en transporte privado, gracias a la buena conexión a través de la autovía A-5.
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