Qué ver en Santoña
Considerada una de las villas marineras más importantes de Cantabria, sigue leyendo y descubre todo lo que hay que ver en Santoña.
Especialmente famosa por sus anchoas, también es imprescindible conocer sus fuertes, faros y playas.
Visitar Santoña
Aquí te contamos todo lo que hay que ver en Santoña, pero si te apetece, puedes contratar una visita guiada o un paseo en barco.
Fuertes de Santoña
Una de las cosas que más llaman la atención cuando se visita Santoña es la gran cantidad de fuertes que se conservan.
Todos han sido declarados Bien de Interés Cultural en 1992, por ser la mayor concentración de fuertes de España.
Hoy están englobados dentro del Parque Cultural Monte Buciero, proyecto encargado de la recuperación del patrimonio histórico y la protección medioambiental.
El Fuerte de San Carlos, construido en la segunda mitad del XVII, es el más antiguo de los fuertes de Santoña.
Está ubicado a la entrada de la bahía, formando la primera barrera defensiva.
El Fuerte de San Martín también fue construido en el siglo XVII, formando la segunda barrera defensiva.
Hoy reconvertido en Centro Cultural, está formado por dos pisos con forma de herradura.
El Fuerte del Mazo, también llamado Fuerte de Napoleón, reforzaba las defensas de la Playa de Berria.
Por su parte la Batería de Galvanes, ubicada cerca del Fuerte de San Martín, fue construida en el siglo XIX para complementar las defensas de la bahía.
También del siglo XIX es la Batería Alta de San Martín, añadida al Fuerte de San Martín.
Incluía un almacén para la pólvora, un cuartel para la tropa y una explanada para los cañones.
Finalmente, en la Batería de la Cueva se conserva la única garita de vigilancia de la época napoleónica de Cantabria.
Se construyó durante la Guerra de Independencia, aunque por aquel entonces llevaba el nombre de batería Rouget.
Iglesia de Santa María del Puerto
Alrededor de ella se fundó Santoña, aunque por entonces era un monasterio benedictino regido por el abad Paterno.
La construcción actual data del siglo XIII, es una joya de transición del románico al gótico, declarada Monumento Nacional en 1931.
Los elementos góticos más destacados están en el ábside y la cabecera, dos zonas reconstruidas en la primera mitad del siglo XVI.
Del románico se conservan las portadas, con arquivoltas decoradas con motivos naturales.
El Altar Mayor está presidido por la imagen de la Virgen del Puerto, patrona de Santoña.
Otro elemento de interés es la pila bautismal del siglo XIII.
Así como el retablo de San Bartolomé, una de las mejores muestras del flamenco en España.
El horario de la Iglesia de Santa María del Puerto es: de 10:00 a 13:30 y de 16:00 a 19:30 horas.
La entrada es gratuita.
Faro del Pescador
Se construyó en 1864 en la Punta del Pescador, una escarpada ladera del Monte Buciero con vistas al Cantábrico.
En principio se utilizaba como iluminación una lámpara de aceite, pero en 1915 se automatizó el sistema y se transformó en un faro eléctrico.
Su torre blanca se alza algo más de 13 metros, aunque contando desde el nivel del mar supera los 39 metros.
Es el único de los faros de Santoña que permanece en funcionamiento, por ese motivo no está permitido el acceso.
Faro del Caballo
A pesar de su inaccesibilidad, es uno de los lugares más visitados de Santoña.
Fue inaugurado en 1863, aunque lleva inoperativo desde 1993 por culpa de varios actos vandálicos.
Se llega a través de una empinada escalera de casi 700 peldaños, construida en la roca por los presos del Penal de El Dueso.
La torre del faro se alza poco más de 13 metros, llegando hasta los 24 metros si se cuenta desde el nivel del mar.
Una escalera de caracol lleva hasta donde se ubicaba la lámpara, una terraza circular exterior permite disfrutar de las vistas del entorno.
Además de la belleza del lugar, los más valientes vienen a lanzarse desde un saliente rocoso a las cristalinas aguas del Cantábrico.
Precisamente, desde el mar se obtiene una de las mejores vistas del Faro del Caballo, para lo que puedes contratar un paseo en barco o un tour en kayak.
Monte Buciero
También conocido como Monte de Santoña, forma parte del Parque Cultural Monte Buciero.
En sus más de 600 hectáreas de superficie se encuentra la mayor concentración de encinar cantábrico de España.
De un lado se divisa Santoña y Laredo, al otro se extiende la Playa de Berria, la Marisma de Santoña y el Penal de El Dueso.
Además de construcciones artificiales, hay maravillas naturales talladas por el viento y el agua, como la Peña del Fraile o la Punta del Caballo.
También es hogar de numerosas especies de aves marinas, siendo destacada la presencia del cormorán moñudo.
Hay varias rutas de senderismo por el Monte Buciero que permiten descubrir todos sus encantos:
- Ruta 1 – Faros y acantilados, circular de 12 kilómetros pasando por fuertes, baterías, faros, la Playa de Berria o el Penal de El Dueso.
- Ruta 2 – Ecosistemas del Bosque, 2 kilómetros atravesando el Monte Buciero, en un extremo está el Fuerte del Mazo y en el otro el Faro del Caballo.
- Ruta 3 – Culminaciones del Buciero, 8 kilómetros hasta las tres cumbres, Peña Ganzo, Buciero y Atalaya. Se pasa por el Fuerte del Mazo y el Faro del Caballo.
- Ruta 4 – Tradición pesquera y fuertes napoleónicos, senda fácil de 8 kilómetros casi sin desnivel, lleva por los cinco fuertes de Santoña, el puerto pesquero, la Plaza de Toros y el Paseo Marítimo.
- Ruta 5 – Camino del Salticón, senda más corta con sólo 500 metros. Entre los puntos de interés se encuentra el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal.
Si lo prefieres, puedes contratar una excursión al Monte Buciero desde Santander.
Puerto de Santoña
Un lugar lleno de vida, dominado por la silueta de cristal del Mirador de las Marismas.
Desde el siglo XIX hasta el XXI se llevó a cabo una profunda remodelación, dando forma al que hoy es uno de los puertos pesqueros más importantes de Cantabria.
Finalmente quedó dividido en dos zonas, la parte norte para las embarcaciones pesqueras y la parte sur para los barcos de recreo.
Además del Centro de Interpretación de las Marismas, hay otro edificio que destaca por encima del resto.
Se trata de la Plaza de Toros de Santoña, inaugurada el 7 de septiembre de 1902.
Marismas de Santoña, Victoria y Joyel
Parque natural compartido entre Santoña y Noja, considerado uno de los mejores humedales del norte de España.
Es de gran interés medioambiental, por las aves migratorias que vienen a pasar el invierno desde el norte de Europa.
También por la diversidad de moluscos, peces y mamíferos que se cobijan en las tranquilas aguas del humedal.
Con la implicación de los ayuntamientos y SEO/BirdLife, se ha conseguido recuperar un espacio natural en serio peligro de desecación.
Las marismas fueron declaradas Parque Natural en 1992, hoy ocupan un espacio protegido de casi 6.700 hectáreas.
Al norte de Santoña parte una ruta que se adentra en el parque natural, poco más de 2 kilómetros con seis miradores señalizados.
Otro punto de interés es el Centro de Interpretación, ubicado en el Puerto de Santoña.
El Mirador de las Marismas es un gran edificio de cristal con forma de barco y vistas inmejorables de entorno.
En su interior se puede obtener información y contratar visitas guiadas gratuitas por el parque.
Playas de Santoña
Además de todos los monumentos que hay que ver en Santoña, otro de los grandes atractivos son sus playas.
Sin duda la mejor playa de Santoña es la Playa de Berria, con sus más de 2.000 metros enclavados entre el Monte Buciero y el Monte Brusco.
Junto a ella se ubica un cementerio y el Penal de El Dueso, construido a principios del siglo XX en los terrenos de un fuerte napoleónico.
Por su parte, la playa urbana de Santoña es la Playa de San Martín, estrecha franja de arena paralela al casco histórico.
Es una playa de arena fina y aguas tranquilas, aunque dependiendo de las mareas puede llegar incluso a desaparecer.
Historia de Santoña
En el Monte Buciero se han encontrado pruebas de asentamientos humanos desde la Edad de Piedra.
Fue con la llegada de los romanos en el siglo I, cuando aumentó la importancia como puerto comercial de Santoña.
La fundación oficial se le atribuye al abad Paterno, encargado en el siglo XI de repoblar la zona alrededor del Monasterio de Santa María del Puerto.
Disputas entre los reyes de Asturias, Castilla y Navarra cambiaron constantemente el destino de Santoña durante la Edad Media.
Algunos firmaron fueros para concederle privilegios, otros debilitaron sus derechos comerciales, durante ese tiempo perteneció al Reino de Nájera.
No fue hasta el siglo XVI cuando consiguieron la independencia, Felipe II les concedió además el título de Villa Real.
A finales del siglo XV, en los astilleros de Santoña se construyó la nave Santa María que participó en la expedición de Colón al Nuevo Mundo.
El barco era propiedad del santoñés Juan de la Cosa, autor del mapa más antiguo que se conserva de América.
Durante la Guerra de Independencia, Napoleón se dio cuenta de la importancia estratégica para controlar el Cantábrico, por eso ordenó construir una plaza fuerte inexpugnable.
Conocida por entonces como la “Gibraltar del Norte”, fue el último fuerte del Cantábrico abandonado por las tropas francesas el 28 de mayo de 1814.
A finales del siglo XIX acogió una floreciente industria conservera, diferenciada por la utilización de salazón en lugar del escabechado.
Actualmente las anchoas en conserva de Santoña son de las más reputadas y apreciadas de España.
Otro hecho destacado se produjo durante la Guerra Civil, el 24 de agosto de 1937 se firmó el Pacto de Santoña.
Las tropas vascas pactaron una rendición con los italianos, pero los españoles se enteraron del acuerdo y ordenaron encerrar a los vascos en el Penal de El Dueso.
Hoy Santoña está salpicada de edificios históricos, fuertes y baterías, que junto con las maravillas naturales, atraen cada año a miles de visitantes.
Fiestas de Santoña
La primera gran fiesta del año es el Carnaval Marinero de Santoña, considerado uno de los más importantes de Cantabria, fue declarado de Interés Turístico Nacional en 1985.
Los santoñeses se disfrazan de peces para el “Juicio en el fondo del mar”, hecho por Neptuno a un besugo por haber secuestrado a una sirena.
La fiesta concluye con “El entierro del besugo”, una comitiva acompaña al pez hasta la bahía para lanzarlo al mar en una barca y despedirlo mientras se aleja envuelto en llamas.
El fin de semana después del Carnaval Marinero se organiza el Día del Aldeano, un viaje al pasado y las raíces de un pueblo.
Las fiestas en honor de la patrona de Santoña se celebran la primera quincena de septiembre.
El día 7 es la Procesión Marítima de la Virgen del Puerto, toda la flota pesquera se hace a la mar para acompañar al buque principal que lleva la imagen de la patrona.
Es también muy popular la Gran Marmitada, miles de personas se acercan a la zona del Pasaje para degustar el delicioso marmite.
También hay una competición de regatas, deportistas de todo el Cantábrico llegan para disputar la “Bandera de Santoña”.
Comer en Santoña
Marcada la gastronomía por la ubicación de la villa junto al mar Cantábrico, son especialmente famosas sus conservas de anchoas y bonito.
Tampoco puede faltar el pescado fresco, bonito, rape, lubina o besugo están entre los más solicitados.
Con el bonito se prepara uno de los platos más típicos de Santoña, el marmite, un guiso contundente cocinado a fuego lento.
No pueden faltar tampoco los bocartes en cazuela o fritos, sólo disponibles durante la época de pesca del boquerón.
También son recomendables las albóndigas de verdel, las rabas o las cocochas de merluza.
Cómo llegar a Santoña
En transporte público se puede llegar a Santoña en autobús, con conexión directa desde Santander y Bilbao.
El viaje desde Santander dura una hora y cuesta 4,40€, desde Bilbao se tarda poco más de una hora y el billete cuesta 5,97€.
Ambas rutas están gestionadas por Alsa.
También se puede llegar en barco desde Laredo, con salidas todo el año cada 15 minutos, excepto en diciembre, enero y febrero.
El billete de ida cuesta 2,50€ y el de ida y vuelta 3,50€.
La mejor alternativa es recorrer la zona en transporte particular, conectado fácilmente desde la autopista A-8.
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