Historia de Vitoria-Gasteiz resumida: Un recorrido por los momentos claves
Vitoria-Gasteiz, capital de la provincia de Álava y del País Vasco, es una ciudad con una historia rica que se remonta varios siglos atrás.

Su evolución desde una pequeña aldea medieval hasta convertirse en un importante centro político, cultural y económico, es fascinante.
En este resumen de la historia de Vitoria, exploraremos los momentos más significativos que han marcado el desarrollo de la ciudad, dividiéndolos en capítulos clave que ofrecen una visión completa de su pasado.
Primeros asentamientos: Antes de Vitoria
Antes de la fundación oficial de Vitoria, la zona donde se encuentra hoy la ciudad ya había sido ocupada por diversas civilizaciones.
Durante la Edad de Hierro, en la zona de Gasteiz, se han hallado algunos indicios que indican la presencia de asentamientos tribales.
Estas comunidades debían vivir principalmente de la agricultura y la ganadería, aprovechando las fértiles tierras de la región.
Con la llegada de los romanos en el siglo I a.C., la región de Álava se integró en el Imperio Romano.
Aunque no hay evidencias de que hubiera una gran ciudad romana en el lugar exacto donde se ubica Vitoria, sí se han encontrado restos de villas y pequeños asentamientos en sus alrededores.
Estos vestigios, indican que la zona fue importante en las rutas comerciales de la época, gracias a su posición estratégica entre la meseta y la costa cantábrica.

Fundación de Vitoria: El origen de la ciudad
El verdadero punto de partida de Vitoria como ciudad se da en 1181, cuando el rey Sancho VI de Navarra, conocido como Sancho el Sabio, fundó la ciudad con el nombre de Nueva Victoria.
El monarca navarro decidió fortalecer un pequeño poblado conocido como Gasteiz, ubicado en una colina, con el objetivo de consolidar su poder en una región disputada con el Reino de Castilla.
La fundación de Nueva Victoria no solo tenía un objetivo militar, sino también económico, al situarse en una ubicación clave entre Castilla y Francia, la ciudad fue pensada como un núcleo defensivo y comercial.
Sancho VI otorgó a sus habitantes un fuero, que les daba ciertos privilegios y fomentaba el asentamiento de más población.
De este modo, la ciudad comenzó a crecer rápidamente, asentando las bases de lo que sería el casco medieval que aún se conserva.
Además, se construyó una muralla rodeando la ciudad para garantizar su protección, como parte de una línea defensiva que abarcaba otras importantes ciudades de la región.
Ascenso de Vitoria bajo el Reino de Castilla
En el año 1200, tras un asedio de ocho meses, la ciudad fue conquistada por el rey Alfonso VIII de Castilla.
A pesar de la ocupación, Vitoria mantuvo los privilegios y fueros otorgados por los reyes navarros, lo que permitió que siguiera prosperando bajo el dominio castellano.
Durante esta etapa, la ciudad adquirió una importancia creciente como núcleo comercial, beneficiándose de su localización estratégica en la ruta que conectaba Castilla con el norte de la península.
En esta época, se expandió el entramado urbano que hoy conocemos como el Almendra Medieval.
Las calles fueron divididas según los gremios que las habitaban, una organización que perdura en el nombre de muchas vías actuales, como la Calle Cuchillería o la Calle Herrería.

Edad Media: Época de mayor esplendor
A lo largo del siglo XIV, Vitoria vivió un periodo de prosperidad gracias a su economía basada en la artesanía, el comercio y la agricultura.
Tras la concesión de dos ferias por orden de Enrique III, comenzaron a llegar mercaderes de diversas regiones, lo que fomentó un intercambio cultural y económico que fortaleció su posición estratégica.
En el siglo XV, Vitoria experimentó un nuevo auge, llegando a obtener el título de ciudad otorgado por el rey Juan II de Castilla.
Durante esta época, se construyeron varios edificios notables, como la Catedral de Santa María, también conocida como Catedral Vieja.
Esta imponente catedral gótica que se convirtió en el centro religioso de Vitoria, hoy en día sigue siendo uno de los monumentos más importantes de la ciudad.
A su alrededor, se construyeron un buen número de palacios señoriales, como el Palacio de Villasuso o el de Montehermoso.
Además de su monumentalidad, la ciudad empezó a ganar renombre por sus ferias y mercados, que atraían comerciantes de toda Europa.
Vitoria se consolidó como un importante punto de paso para los mercaderes que viajaban entre España y Francia.

Batalla de Vitoria: El fin de la Guerra de Independencia
Uno de los episodios más significativos en la historia de Vitoria ocurrió el 21 de junio de 1813, cuando tuvo lugar la Batalla de Vitoria, un enfrentamiento clave durante la Guerra de Independencia Española.
Este conflicto enfrentó a las tropas francesas de Napoleón contra un ejército aliado compuesto por británicos, españoles y portugueses, liderado por el duque de Wellington.
La batalla se libró en los alrededores de Vitoria y resultó en una victoria decisiva para las tropas aliadas.
Este triunfo puso fin a la ocupación napoleónica en España y aceleró la retirada de las fuerzas francesas de la península.
El evento es recordado con orgullo por los vitorianos, y cada año se conmemora con una recreación histórica.
Para los visitantes interesados en la historia militar, es posible recorrer algunos de los escenarios de la batalla, como el Monte de la Tortilla o el Puente de Trespuentes, donde aún se pueden encontrar restos de las fortificaciones y trincheras de la época.

Siglo XIX: Modernización y expansión
Tras la Guerra de Independencia, Vitoria comenzó un proceso de modernización que la transformó profundamente.
Durante el siglo XIX, la ciudad experimentó un notable crecimiento, tanto en términos económicos como en infraestructuras.
Se llevaron a cabo importantes reformas urbanísticas, como la construcción de la Plaza de la Virgen Blanca, que se convirtió en el corazón de la ciudad y sigue siendo uno de los lugares más emblemáticos para los visitantes.
En esta etapa, Vitoria también se benefició de su proximidad a los focos industriales del País Vasco, lo que atrajo nuevas inversiones y fomentó el desarrollo de la burguesía local.
A finales del siglo XIX, se construyeron edificios de estilo neoclásico y modernista que aún embellecen la ciudad, como el Teatro Principal Antzokia y diversas mansiones señoriales.

Siglo XX: De ciudad provincial a capital del País Vasco
El siglo XX trajo consigo importantes cambios políticos y sociales en la historia de Vitoria-Gasteiz.
Durante las primeras décadas, la ciudad continuó su expansión, pero fue a partir de los años 50 y 60 cuando experimentó un crecimiento más acelerado.
El desarrollo industrial y la llegada de inmigrantes de otras regiones de España, favorecieron la transformación de Vitoria en una ciudad moderna y próspera.
Un hito clave en su historia reciente fue en 1980, cuando se convirtió en la capital oficial del País Vasco.
Esta decisión impulsó su crecimiento y desarrollo, atrayendo nuevas instituciones y consolidando su importancia política y cultural dentro de la comunidad autónoma.
En paralelo, se lleva a cabo una profunda restauración del patrimonio histórico, obteniendo el premio Europa Nostra.

Vitoria-Gasteiz: Capital Verde Europea
El compromiso de Vitoria-Gasteiz con la sostenibilidad y el medio ambiente es uno de los aspectos más destacados de su historia contemporánea.
En 2012, la ciudad fue nombrada Capital Verde Europea, un reconocimiento a sus esfuerzos por promover un desarrollo urbano respetuoso con el entorno natural.
Este premio, marcó un antes y un después en la proyección internacional de Vitoria como ciudad modelo en políticas medioambientales.
El Anillo Verde, una red de parques que rodea la ciudad y ofrece a los ciudadanos un espacio natural en plena urbe, es uno de los grandes logros de Vitoria en este ámbito.
Además, las políticas de movilidad sostenible y la promoción del uso de la bicicleta, han convertido a la ciudad en un referente europeo.

Patrimonio y tradición: Una ciudad con raíces y futuro
Hoy en día, Vitoria-Gasteiz es una ciudad que sabe conjugar a la perfección su pasado con un presente vibrante y un futuro prometedor.
Sus tradiciones se mantienen vivas a través de festividades como las Fiestas de La Blanca, celebradas cada agosto en honor a la patrona de la ciudad.
Este evento, uno de los más importantes de la región, atrae a miles de visitantes que se sumergen en las calles del casco antiguo para disfrutar de la música, los bailes y las tradiciones populares.
La ciudad también sigue siendo un núcleo cultural activo, con una oferta que incluye festivales internacionales como el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz y el Festival Internacional de Teatro.
Estos eventos, junto con su importante patrimonio histórico, consolidan la imagen de Vitoria como una ciudad abierta al mundo.