Qué ver en Altea
Considerado «La Cúpula del Mediterráneo», sigue leyendo y descubre todo lo que hay que ver en Altea.
Aunque a primera vista parece el típico destino de vacaciones, la realidad es que guarda uno de los conjuntos monumentales más importantes de la Costa Blanca.
Turismo Altea
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Casco antiguo
Se alza en un promontorio con vistas al mar Mediterráneo y con la Sierra de Bernia como telón de fondo.
Popularmente conocido como “El Fornet”, llama la atención el blanco impoluto de sus casas en contraste con las coloridas flores que engalanan sus jardines, terrazas y balcones.
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Debido a su ubicación, sus empedradas callejuelas tienen bastante desnivel, pero como recompensa al esfuerzo hay un buen número de miradores por el camino.
Además hay algunas edificaciones históricas de interés, incluyendo la Torre de Bellaguarda y el Molino de Bellaguarda.
Para acceder al recinto renacentista de Altea, declarado Bien de Interés Cultural, hay que atravesar el Portal Vell o Puerta de Valencia.
Ascendiendo por la calle Mayor se llega a la Plaza de la Iglesia, ubicada sobre los restos del antiguo castillo.
Está rodeada de bares y restaurantes donde hacer un alto en el camino y aprovechar para degustar algunas de las delicias de la gastronomía local.
Pero sobre todo llama la atención la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Consuelo, conocida como “La Cúpula del Mediterráneo”.
A su lado se encuentra el Mirador de los Cronistas de España, el más famoso y concurrido de los miradores de Altea.
Desde su posición privilegiada se divisan desde los rascacielos de Benidorm.
A partir de este punto sólo queda perderse entre las estrechas callejuelas para descender hasta el nivel del mar.
Por el camino veremos un buen número tiendas de artesanía y galerías de arte, aportándole a Altea ese ambiente bohemio que enamora a sus visitantes.
También hay algunas interesantes casonas que datan de entre los siglos XVIII y XIX, como la ubicadas en la calle Salamanca, la calle Fondo o la calle Santa Bárbara.
Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo
Está construida sobre las trazas de una capilla renacentista de principios del siglo XVII, ubicada en el entorno del castillo.
La actual iglesia data de principios del siglo XX, para el diseño se utilizó como referencia la Capilla de la Comunión que fue erigida a mediados del siglo XIX.
Del conjunto destaca la torre campanario, pero sobre todo las dos cúpulas de tejas azules y blancas que le han valido el sobrenombre de “Cúpula del Mediterráneo”.
Su estilo interior es neobarroco, con una interesante muestra de esculturas policromadas alrededor del altar mayor.
Cuenta con un pequeño museo donde se han reunido las principales piezas de arte sacro de la parroquia.
Playas de Altea
El pintoresco Paseo Marítimo conecta las diferentes playas de Altea, además está rodeado de tiendas, restaurantes y alojamientos vacacionales.
A lo largo de los más de 6 kilómetros de costa hay 12 playas, algunas de gran extensión y otras pequeñas calas, incluso una a la que se puede ir con perros.
Las más concurridas son la Playa de la Escollera y la Playa de la Roda, debido a su ubicación junto al casco histórico.
También están:
- Cala del Metge
- Playa del Albir
- Playa de Cap Blanch
- Playa de Cap Negret
- Cala del Soio
- Playa de la Olla
- Playa de la Solsida
- Barreta de Gualda
- Playa del Mascarat
Lo que sí tienen en común todas las playas de Altea es que son de cantos rodados, en lugar de la fina arena blanca de otras famosas playas del Mediterráneo.
Pero lejos de ser un problema, es una ventaja para los que huyen de las grandes aglomeraciones del verano.
Puerto de Altea
En realidad cuenta con cuatro puertos, tres deportivos y uno pesquero, aportándole un ambiente marinero inigualable.
El Puerto Pesquero y el Club Náutico se ubican en el caso urbano, en el corazón del Barrio de los Pescadores.
Además está el Club Deportivo Porto Senso y el Puerto Deportivo Luis Campomanes, también llamado Marina Greenwich.
Ambos están ubicados a unos pocos kilómetros en dirección a Calpe.
Iglesia Ortodoxa
Por la zona de los puertos deportivos se puede aprovechar para visitar el Templo del Arcángel Miguel, la primera iglesia ortodoxa rusa de España.
Concretamente se construyó en la urbanización Altea Hills, trayendo para ello todos los materiales y mano de obra de Rusia.
Historia de Altea
Aunque existen indicios de asentamientos íberos, griegos y romanos, su historia no comienza oficialmente hasta la llegada de los musulmanes.
Por aquel entonces formaba parte de la taifa de Denia, además de ellos parece provenir su nombre, concretamente de la palabra árabe attaláya.
En 1244 pasó a manos de los cristianos, siendo conquistada por Jaime I de Aragón, en 1279 obtuvo la carta puebla.
Los primeros pobladores se asentaron en el barrio de Bellaguarda, siendo el más antiguo de la localidad.
Pero ese primer asentamiento no prosperó, hubo que esperar hasta 1617 para una refundación de la villa en El Fornet.
En 1705, en plena Guerra de Sucesión, desembarcó en Altea la escuadra naval del Archiduque Carlos de Austria.
Comandada por el general valenciano Juan Bautista Basset, desde aquí conquistaron Denia y Valencia.
Como gesto de gratitud, el propio archiduque le concedió a Altea el título de villa.
A lo largo de ese siglo hubo un gran crecimiento poblacional, impulsado por la agricultura y la pesca.
Poco a poco la población se fue extendiendo hacia el mar, apartado del casco histórico por una línea de ferrocarril a partir de 1889.
En la década de los 70 del siglo XX el casco histórico fue repoblado por artistas, actores, pintores o cantantes que le aportaron el ambiente bohemio que se respira por todos los rincones.
Hoy en día se convertido en una de las localidades más visitadas de la Costa Blanca, recibiendo cada año a miles de turistas.
Fiestas de Altea
Aunque cada barrio tiene sus propias fiestas, las más populares se dejan sentir por todos los rincones de la villa.
A principios de febrero son las Fiestas de Medio Año (Mig Any Fester), cuyo principal atractivo es el desfile de moros y cristianos.
Ese mismo mes la Festa del Porquet, con comidas populares y grandes fogatas en pleno casco histórico.
Entre marzo y abril tiene lugar la Semana Santa, además de las procesiones religiosas, hay ferias de artesanía, conciertos en iglesias y ermitas, visitas guiadas gratuitas y muchas monas de Pascua.
A finales de junio son las Fiestas de San Juan, con las tradicionales hogueras que iluminan la noche más corta del año.
Además se celebra la “Plantà de l’Arbret”, tradición en la que los jóvenes suben troncos de árboles por las estrechas e inclinadas calles y los plantan en plena Plaza de la Iglesia.
Después hay subirse a los troncos e intentar dejar atado un trozo de ropa lo más alto posible.
En julio el protagonista es el barrio marinero, acogiendo las Fiestas de San Pedro y la Virgen del Carmen.
Las imágenes de ambos santos son llevadas en embarcaciones por toda la costa, terminando con un lanzamiento de flores al mar.
En agosto son las fiestas de honor de San Roque y San Isidro, pero sobre todo destacan las de San Lorenzo con su Castell de l’Olla.
Tienen lugar el segundo fin de semana de agosto y terminan con un espectacular castillo de fuegos artificiales disparo íntegramente desde el mar, por eso ha sido declarado de Fiesta de Interés Turístico Regional.
Ya en septiembre son las Fiestas del Santísimo Cristo del Sagrario y San Blas, haciendo coincidir las fiestas patronales con las fiestas de moros y cristianos.
Todo un espectáculo de historia, música y colorido que llena las calles de la localidad, el sábado es el desfile moro y el lunes el cristiano.
Comer en Altea
La cocina tradicional mezcla ingredientes de la mejor calidad, tanto del mar como de la huerta.
Probablemente no haya nada más típico y famoso que los arroces alicantinos, como el arroz del señoret, arroz a banda, arroz al horno, arroz con costra o arroz negro.
Los arroces pueden ser secos, melosos o caldosos, también hay fideuas, guisos, pucheros y caldero.
Por supuesto no pueden faltar los productos del mar, pescados y mariscos de una frescura inigualable.
Los pescados se preparan sobre todo al horno, a la brasa y a la sal, hay para elegir entre lubina, lenguado o bacalao.
Por su parte entre los mariscos hay mejillones, almejas, gambas, sepias, calamares o pulpos.
No podemos olvidar tampoco las famosas cocas al horno, elaboradas con los más variados ingredientes.
En los dulces es donde más se nota el legado musulmán, teniendo como ingredientes básicos miel y almendras.
Además están las monas de Pascua, los helados y turrones o las frutas en conserva.
Cómo llegar a Altea
Gracias a la buena situación geográfica de Altea, hay varios medios de transporte público disponibles para viajar.
En la propia villa no hay aeropuerto, pero se puede llegar en avión al Aeropuerto de Alicante–Elche o al de Valencia.
Desde ambos hay autobuses interurbanos que conectan con diferentes localidades de la costa alicantina.
También se puede viajar directamente en autobús desde otras ciudades de España, incluyendo Madrid.
En el caso de la capital, el viaje dura entre 7 y 8 horas y los billetes empiezan en 15€.
Otra opción menos recomendada es llegar en tren, aunque más bien se trata de un ferrocarril de vía estrecha que hace el recorrido Alicante-Denia.
Finalmente está la alternativa del transporte particular, gracias a su buena conexión a través de la AP-7 y la N-332.
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