Qué ver en Castrojeriz, Burgos
En el corazón del Camino de Santiago, entre los campos dorados de la comarca burgalesa de Odra-Pisuerga, se alza uno de esos lugares que parecen detenidos en el tiempo: Castrojeriz.
Con sus callejuelas transitadas por peregrinos desde hace siglos, sus iglesias monumentales y la silueta de un castillo que domina el horizonte… Castrojeriz está considerado uno de los pueblos más bonitos de España.

Su distribución alargada, extendiéndose a lo largo de más de dos kilómetros siguiendo la Ruta Jacobea, nos habla de su importancia como lugar de acogida para peregrinos.
Pero además, este pequeño municipio combina la tranquilidad de la vida rural con un patrimonio arquitectónico excepcional, donde cada rincón cuenta una historia.
Y por si todo esto fuera poco, Castrojeriz forma parte de la Cuatro Villas de Amaya, donde se reúne uno de los mayores patrimonios monumentales de la provincia de Burgos.
Así que si te preguntas qué ver en Castrojeriz y los pueblos de los alrededores, acompáñanos en este viaje al corazón de Castilla y León.
Qué ver en Castrojeriz en un día
Si solo estás de paso por Castrojeriz, no te preocupes, a pesar de su historia milenaria, es un pueblo pequeño que se puede ver perfectamente en un día.

Excolegiata de Santa María del Manzano (Museo de Arte Sacro)
Situada a los pies del cerro del castillo, la monumental figura de la Excolegiata de Santa María del Manzano es lo primero que ve el peregrino al llegar a Castrojeriz.
Fue mandada construir en 1214 por la reina Berenguela de Castilla, aunque, anteriormente ya existía un templo vinculado al monasterio navarro de San Millán de la Cogolla y posteriormente a la Catedral de Burgos.
Su historia refleja siglos de poder eclesiástico, siendo colegiata hasta el siglo XIX, sus canónigos gozaron de importantes privilegios reales.
Del exterior destacan su portada ojival con capiteles decorados y sobre ella un enorme rosetón, la portada sur de estilo renacentista y la torre campanario con base románica y cuerpo superior barroco.
En su interior destaca el retablo mayor, con pinturas que narran escenas clave de la vida de Cristo, siendo la pieza central del conjunto, La Anunciación, pintada por Mengs.
Pero sin duda, la imagen más venerada es la de Nuestra Señora del Manzano, escultura policromada del siglo XIII que ocupa la posición central de un retablo barroco.
También llaman la atención los diferentes sepulcros, incluyendo uno en el que se dice se encuentran los restos de la reina Leonor de Castilla.
Todo este patrimonio forma hoy en día parte de un Museo de Arte Sacro, donde se exponen cerca de 300 piezas de escultura, pintura, orfebrería y documentos históricos.
Entre ellas, obras de Berruguete, Diego de Siloé y Mateo Cerezo, además de matrices de sellos medievales, tapices y piezas litúrgicas.

Iglesia de Santo Domingo (Iacobeus)
Situada en plena Calle Real, la Iglesia de Santo Domingo es otro de los templos que reflejan el peso histórico y religioso de la villa.
Fue construida a finales del siglo XV y reformada en el siglo XVIII, momento en que se le añadieron las actuales cubiertas.
La sobriedad de su exterior, esconde grandes joyas del arte sacro en su interior, como los seis tapices del siglo XVII, hechos sobre dibujos del mismísimo Rubens.
También cuenta con un pequeño museo parroquial, donde se conservan pinturas, esculturas y piezas litúrgicas de gran valor histórico.
Pero sin duda, lo mejor del interior es que alberga el Centro de interpretación del Camino de Santiago «Iacobeus», un recorrido multimedia por la Ruta Jacobea.
Con un recorrido diseñado a modo de etapas y la proyección de un impresionante video mapping, permite al visitante explorar la transformación del Camino de Santiago a través de los siglos.

Iglesia de San Juan Bautista
Ubicada en el extremo oeste de Castrojeriz, la Iglesia de San Juan Bautista sorprende por su aspecto robusto, que recuerda más a una fortaleza que a un templo religioso.
Se construyó entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV, en un momento en que el gótico empezaba a consolidarse en Castilla.
Pocos elementos destacan del sobrio exterior, a excepción de la torre campanario que aporta un aspecto fortificado y el rosetón con pentagrama invertido sobre la portada principal.
En el interior, cubierto por elegantes bóvedas de crucería góticas, destaca el retablo mayor rococó con escultura de San Juan.
A su lado se encuentra un colorido órgano, pieza central de las Jornadas de Órgano Barroco Español que cada año atraen a numerosos visitantes.
Otros tesoros de la iglesia son los tapices flamencos traídos de Brujas en el siglo XVII, principal decoración de las diferentes capilla laterales.
Dos de ellas llaman especialmente la atención: la capilla de Santa Ana, con sepulcros de la familia Castro-Mújica, y la capilla del Dulce Nombre de Jesús, que alberga los restos de los López Gallo.
Esta última, cuenta además con un impresionante políptico de doce tablas atribuido a Ambrosius Benson, junto a una monumental pila bautismal.
Un pequeño museo de arte sacro reúne valiosas pinturas, esculturas y piezas litúrgicas que ayudan a comprender la importancia histórica de este templo.
Desde allí se accede al claustro, construido en el siglo XIII, conserva su estructura románica y techumbres mudéjares, convirtiéndose en uno de los rincones más evocadores para conocer el pasado de Castrojeriz.

Plaza Mayor
La Plaza Mayor de Castrojeriz ha sido el corazón de la villa desde la Edad Media, cuando se la conocía como la Plaza del Mercado.
Tiene la particularidad de ser una plaza muy alargada, esto es debido a que sigue el trazado histórico del Camino de Santiago.
Preside el conjunto el Ayuntamiento de Castrojeriz, fácilmente reconocible por su torre del reloj, recuerda el papel de este lugar como centro administrativo y social de la villa.
En el extremo contrario de la Plaza se alza el Albergue de San Esteban, ubicado en las antiguas dependencias de una iglesia del siglo XIII.
Junto a él hay una bonita fuente, una zona de aparcamiento para bicicletas y un cartel con información de las diferentes rutas de senderismo por Castrojeriz.
Entre ambos edificios se extiende una galería porticada que es el refugio perfecto para los calurosos días de verano, además de añadirle un aire castellano al conjunto.

Arquitectura civil
Está claro que la muestra de arquitectura religiosa es extensa e interesante en Castrojeriz, pero la de arquitectura civil no se queda atrás.
Callejear por su casco histórico es como hacer un viaje en el tiempo, a la época de nobles castellanos y escudos nobiliarios que hablan de su poder e influencia.
- Palacio de los Condes de Castro: Mencionado como residencia del rey Fernando I en el Fuero de Castrojeriz, posteriormente perteneció al conde Garcí Fernández. En la actualidad su estado es ruinoso.
- Casa de los Gutierrez Barona: Casa palacio de finales del siglo XVI de estilo renacentista, de imponente aspecto fortificado con sus grandes muros de piedra.
- Casa del Cordón: Aunque muy rehabilitada para acoger un restaurante, el cordón y los escudos de piedra de su fachada nos hablan de su pasado noble.
- Museo Etnográfico: Ubicado en una casona cedida por su antigua propietaria al ayuntamiento, es el lugar ideal para conocer las tradiciones más arraigadas de la localidad.

Muralla de Castrojeriz
Los romanos fueron los primeros en construir una muralla en Castrojeriz, extendiéndose desde el castillo y rodeando toda la localidad.
Con el tiempo sufrió numerosas transformaciones, pero no consiguió sobrevivir intacta al Terremoto de Lisboa de 1755.
Hoy solo se pueden ver algunos tramos de los muros que han permanecido en pie a pesar del paso del tiempo, testigos de piedra de un pasado de luchas entre civilizaciones.
Uno de los tramos mejor conservados se extiende paralelo al Paseo de la Puerta del Monte, donde se ubica la única puerta de la muralla de Castrojeriz que ha llegado hasta nuestros días.
También hay restos en una plaza cercana a la Plaza Mayor, donde permanece en pie un muro con dos arcos que protegían sendas fuentes.
Para ver los vestigios de los antiguos cubos de la muralla hay que ir a la parte trasera del Palacio de los Condes de Castro, ya que fue construido sobre el recinto defensivo.

Castillo de Castrojeriz
El principal elemento defensivo de Castrojeriz en la Edad Media era el castillo, ubicado sobre un cerro a 900 metros de altura sobre la llanura castellana.
La construcción original es de época romana, cuando apenas era un torreón controlando el territorio a su alrededor.
Los árabes se encargaron de su ampliación y los cristianos le dieron el aspecto actual, una imponente fortaleza que debía proteger los reinos disputados en la Edad Media.
La leyenda cuenta que allí permaneció cautiva la reina Leonor de Castilla en 1358, antes del trágico fin que había ordenado para ella su sobrino, el rey Pedro I de Castilla.
Desgraciadamente, el Terremoto de Lisboa también causó graves daños en el Castillo de Castrojeriz, llegando en estado ruinoso hasta la actualidad.
Aún así, merece la pena subir hasta la fortaleza para descubrir los restos de su tormentoso pasado, además de disfrutar con las vistas panorámicas del entorno.

Convento de San Antón
Hay que alejarse unos dos kilómetros del centro de Castrojeriz para atravesar las ruinas del Convento de San Antón, fundado en el año 1146 por el rey Alfonso VII.
De su gestión se encargaba la Orden de los Antonianos, quienes por entonces daban refugio a los peregrinos afectados por la enfermedad del “fuego de San Antón”.
También conocida como ergotismo, esta enfermedad provocada por la ingesta de alimentos con toxinas era tratada con vino santo y pan de San Antonio.
Cada uno de ellos llevaba el símbolo de la cruz Tau, que actualmente podemos ver en muchos rincones de Castrojeriz como símbolo de su pasado.
Hoy solo quedan algunos restos de los muros y arcos del Convento de San Antón, pero su monumental silueta sigue sorprendiendo a los viajeros que pasan bajo sus ruinas.
Lo que sí ha mantenido con el paso del tiempo es el espíritu de ayuda y cobijo a los peregrinos, ya que actualmente junto al convento hay un albergue de peregrinos.
Pero eso sí, debes saber que no dispone de luz, agua caliente, ni otras comodidades como lavadora o calefacción.

Convento de Santa Clara
Conocido también como el Monasterio de la Inmaculada Concepción, fue fundado en 1264 por Alfonso X el Sabio junto al manantial de Tablín.
En 1326, por deseo del pueblo y mediante bula papal de Juan XXII, fue trasladado a las afueras de la villa, donde permanece hasta nuestros días.
Esta iglesia-convento, de estilo gótico con un claustro neoclásico, ha resistido transformaciones y restauraciones durante más de siete siglos.
En la sala capitular se custodia una antigua imagen de la Virgen del Capítulo, testigo devoto de la vida contemplativa que aún mantiene la comunidad.
Hoy, las Clarisas siguen residiendo en este convento y subsisten gracias a la pastelería artesanal que elaboran con dedicación, una invitación para quienes visitan el lugar.

Qué ver cerca de Castrojeriz
Además de todo lo que hay que ver en Castrojeriz, en los alrededores también hay auténticas joyas que merece la pena descubrir.
Muy cerca, a tan solo unos kilómetros, se encuentra Frómista, localidad palentina donde termina la siguiente etapa del Camino de Santiago.
Su principal tesoro es la Iglesia de San Martín, uno de los ejemplos más destacados del románico europeo.
A ello se suma el encanto del Canal de Castilla, teniendo en Frómista su mayor desnivel, salvado por una impresionante esclusa cuádruple.
Pero si prefieres continuar la ruta por Burgos, puedes lanzarte a descubrir las Cuatro Villas de Amaya, de las que forma parte también Castrojeriz.
Empieza por Sasamón, una villa con raíces romanas que todavía conserva vestigios de su pasado imperial.
Su Iglesia de Santa María la Real, de dimensiones casi catedralicias, domina el casco histórico, que invita a perderse entre sus calles repletas de historia.
La huella medieval se percibe también en su trazado urbano, donde antiguos restos de murallas recuerdan la importancia estratégica que tuvo la localidad.
Más al norte, Villadiego sorprende al visitante con un ambiente tradicional y una notable colección de arquitectura civil.
Pasear por su Plaza Mayor porticada, descubrir antiguas casonas y detenerse en la Iglesia de San Lorenzo, es una forma perfecta de conocer el legado de esta villa burgalesa.
Por último, Melgar de Fernamental completa el recorrido, su historia señorial se refleja en edificios monumentales y templos como la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.
Sus alrededores, salpicados de campos y caminos, lo convierten en un lugar ideal para una excursión cultural que combina arte, naturaleza y patrimonio.

Cómo llegar a Castrojeriz
La forma más práctica de llegar a Castrojeriz en transporte público es la línea de autobús interurbano gestionada por Autobuses Amaya.
Ofrece una ruta diaria entre Burgos y Frómista, con parada en Castrojeriz, el problema es que el horario es muy limitado.
El precio del billete es de 4,90€.
Si prefieres viajar en coche, estas son las principales carreteras para llegar a Castrojeriz:
- Desde Burgos: Utilizar la autovía A-62 hasta el desvío a la carretera BU-400, son aproximadamente 50 km y poco más de 30 minutos.
- Desde León: Viajar por la A-231 (autovía Camino de Santiago), hasta desviarse por carreteras comarcales como la BU-400 o BU-404.
- Desde Cantabria: Seguir la autovía A-67 hasta enlazar con la A-231 y finalmente desviarse a la carretera BU-400.
- Desde Madrid: Utilizar la autovía A-1 hasta conectar con la carretera N-622, para después seguir por la BU-101.
- Otras conexiones posibles: Autovía A-62 desde Valladolid o Salamanca, enlaza con rutas locales hacia Castrojeriz.