Rodeando el casco histórico se alza la Muralla de Huesca, construida en el siglo IX por los musulmanes.
En los últimos años ha sufrido un importante proceso de restauración, para devolverle parte de su antiguo esplendor.
Por su importancia histórica, fue nombrada Bien de Interés Cultural de Aragón en el año 2006.
Historia
Cuando Huesca era conocida como Wasqa y estaba ocupada por los musulmanes, se convirtió en la ciudad más al norte de Al-Andalus y en una de las más importantes para el Califato de Córdoba por su situación fronteriza.
Para protegerla se hizo necesaria la construcción de un complejo sistema defensivo, de tal envergadura que llegó a medir 2.000 metros de perímetro.
Para sujetar los muros contaba con casi 100 torreones, separados 22 metros entre sí.
Por aquel entonces la ciudad recibió el sobrenombre de “Wasqa, la de las 99 torres”.
A las puertas de la Muralla de Huesca murió el rey Sancho Ramírez, después de haber estado planeando la conquista de la ciudad desde el cercano Castillo de Montearagón.
Seis meses de asedio le llevó a su hijo, el rey Pedro I de Aragón, conquistar finalmente Huesca para los cristianos.
Torreón del Amparo
De los 99 torreones originales, hoy en día sólo se conserva el Torreón del Amparo o Torreón del Septentrión.
Está ubicado en las cercanías del Convento de San Miguel, aunque ha sido bastante transformado con el paso del tiempo.
Puerta de Montearagón
Igualmente en la construcción original había 7 puertas, cuatro de ellas coincidentes con los puntos cardinales.
Hasta nuestros días únicamente ha llegado la Puerta de Montearagón, conocida popularmente como La Porteta.
Restauración
Los trabajos de restauración de los paños de la muralla que aún permanecen en pie han durado varios años, dándose por finalizada la última fase en el 2012.
Aprovechando las obras se añadió un paseo por la ronda superior, desde el que se puede disfrutar de una excelente panorámica de la ciudad.