Gastronomía de Salamanca: Qué comer en Salamanca y dónde
Si visitas Salamanca, no solo te sorprenderás con su impresionante patrimonio histórico y cultural, sino que también disfrutarás de una gastronomía rica y variada.
Después de recorrer sus monumentos más emblemáticos, llega el momento de descubrir los sabores únicos que han convertido a la gastronomía de Salamanca en un atractivo más de la ciudad.

La comida típica de Salamanca destaca por su contundencia, por lo que es ideal para combatir el frío en los meses de invierno.
Desde recetas tradicionales elaboradas con productos de la matanza hasta especialidades con siglos de historia, cada plato es un reflejo de la identidad charra.
Comida típica de Salamanca
La gastronomía de Salamanca es un reflejo de su historia y tradiciones, con recetas que han pasado de generación en generación.
Atento/a, porque a continuación, te contamos cuáles son los 10 platos tradicionales de Salamanca que no te puedes perder.
Hornazo
El hornazo es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía de Salamanca, una especie de empanada rellena de embutidos con un origen que se remonta al siglo XVI.
Este sabroso pastel salado se elabora con una masa crujiente y dorada, rellena de ingredientes como lomo adobado, jamón, chorizo y huevo duro.
Aunque tradicionalmente se prepara en formato grande para compartir, hoy en día también se encuentra en porciones individuales en panaderías y restaurantes.
Cada Lunes de Aguas, tras acabar la Semana Santa, el hornazo se convierte en protagonista indiscutible de las meriendas en el campo con familiares y amigos.
Su combinación de sabores y su textura, hacen del hornazo un imprescindible que hay que comer Salamanca.
Chanfaina
La chanfaina es un plato destaca por su fuerte vínculo con la cocina pastoril, ya que era tradicionalmente preparado por los pastores y campesinos con los ingredientes de la matanza del cordero.
Con el paso del tiempo, la receta se ha refinado, y en la actualidad es un plato estrella en muchos restaurantes salmantinos, donde se sirve con un toque de pimentón y especias que realzan su sabor.
Se trata de un guiso elaborado principalmente con arroz, carne de cordero y casquería, como sangre cocida y menudillos, lo que le confiere un sabor profundo y una textura única.
La chanfaina suele disfrutarse en días festivos y celebraciones familiares, ya que representa una auténtica expresión de la gastronomía de Salamanca.
Patatas meneás
Las patatas meneás son un plato humilde pero lleno de carácter, elaborado con patatas machacadas, pimentón y torreznos.
Su nombre se debe a la forma en que se preparan: las patatas se cuecen y luego se «menean» o revuelven para conseguir una textura cremosa.
Este plato, de origen campesino, se ha convertido en un referente de la cocina tradicional salmantina, perfecto para los meses fríos por su consistencia y sabor reconfortante.
La clave de su éxito radica en la calidad del pimentón de La Vera, que aporta un toque ahumado y ligeramente picante, y en los torreznos crujientes que coronan la mezcla.
Se suele servir como entrante, como tapa en los bares de la ciudad o acompañamiento de otros platos.
Chichas ibéricas
Las chichas, también conocidas como picadillo o jijas en otras partes de España, son una de las elaboraciones más sabrosas de la gastronomía de Salamanca.
Se preparan con carne de cerdo picada, adobada con pimentón, ajo y otras especias, lo que les otorga un sabor inconfundible.
Este plato es un clásico de la época de matanza, cuando se aprovechan todas las partes del cerdo para crear recetas tradicionales.
Las chichas se cocinan en sartén con un poco de aceite y se sirven calientes, a menudo acompañadas de pan o incluso como relleno de un hornazo casero.
Su sabor especiado y su textura jugosa, las convierten en una auténtica delicia para los amantes de la cocina tradicional.

Farinato
El farinato es uno de los embutidos más singulares de Salamanca, elaborado con una mezcla de pan rallado, manteca de cerdo, pimentón, anís y otros condimentos.
Su textura es blanda y su sabor especiado, lo que lo diferencia de otros embutidos de la región.
Tradicionalmente, el farinato se sirve frito y acompañado de huevos fritos, formando una combinación perfecta que resalta su intenso sabor.
Su origen se asocia a la cocina de aprovechamiento, ya que en tiempos de escasez se elaboraba con ingredientes sencillos pero nutritivos.
Hoy en día, es una de las estrellas de la comida típica de Salamanca y un imprescindible en los desayunos contundentes o las cenas tradicionales.
Paloma de Salamanca
La paloma de Salamanca es un aperitivo muy popular en la ciudad, aunque su nombre puede llevar a confusión, ya que no está elaborado con carne de ave.
Se trata de un bocado sencillo pero delicioso, consistente en una base de corteza de trigo, llamada cuero o paloma, y rellena con ensaladilla rusa.
Esta tapa es muy típica en los bares y tabernas de la ciudad, donde se sirve acompañada de una caña o un vino de la región.
Su combinación de texturas entre el crujiente de la corteza y la jugosidad de la ensaladilla, la convierten en un imprescindible en cualquier ruta de tapas por Salamanca.
Entrecot de Morucha
La ternera morucha es una de las carnes más apreciadas de Salamanca, gracias a su sabor intenso y su textura jugosa.
El entrecot de morucha se obtiene de esta raza de bovino autóctona de la provincia, se cocina a la brasa o a la plancha para resaltar su calidad.
Esta carne es muy valorada por su infiltración de grasa, lo que la hace especialmente tierna y sabrosa.
Se suele servir con guarniciones sencillas, como patatas fritas o ensalada, para no restar protagonismo a la carne.
Asados castellanos
Los asados son una parte fundamental de la gastronomía salmantina, especialmente el cordero y el cochinillo.
Se preparan al horno de leña con una técnica que resalta el sabor natural de la carne, obteniendo una textura crujiente por fuera y jugosa por dentro.
Estos platos son los protagonistas en los restaurantes de Salamanca, y suelen acompañarse de ensalada y un buen vino de la tierra.
Probar un asado castellano en Salamanca es degustar la esencia de la cocina tradicional, una experiencia imprescindible para cualquier amante de la gastronomía.
Productos típicos de Salamanca
Además de la comida típica de Salamanca, la provincia cuenta con una variedad de productos gastronómicos con denominación de origen y gran prestigio en toda España.
Ingredientes de alta calidad que han sido la base de su cocina tradicional, y que hoy en día siguen siendo indispensables en la cocina local.
Jamón de Guijuelo
El jamón de Guijuelo es el producto estrella de la gastronomía de Salamanca y uno de los mejores jamones ibéricos del mundo.
Su prestigio se debe a la calidad de los cerdos ibéricos criados en las dehesas de la provincia y a un proceso de curación lento y natural, influenciado por el clima seco y frío de la zona.
Este jamón se caracteriza por su textura jugosa, su grasa infiltrada y su sabor suave y delicado, características que se resaltan en la curación que se lleva a cabo en las bodegas.
La Denominación de Origen Protegida (DOP) Guijuelo garantiza su calidad y autenticidad, convirtiendo al jamón de Guijuelo en un manjar imprescindible para cualquier amante de la buena gastronomía.
Lentejas de la Armuña
Las lentejas de la Armuña son una de las legumbres más apreciadas en la cocina castellana.
Se cultivan en la comarca de La Armuña, al norte de Salamanca, y se distinguen por su piel fina, su tamaño y su capacidad para absorber sabores sin deshacerse durante la cocción.
Gracias a su textura cremosa y su alto contenido en proteínas y fibra, son la base de muchos platos tradicionales, como los guisos con chorizo o verduras.
Desde 2007, las lentejas de la Armuña cuentan con la Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que certifica su calidad y origen.

Garbanzo pedrosillano
El garbanzo pedrosillano, también conocido como garbanzo de Pedrosillo por ser originario de la localidad de Pedrosillo el Ralo, es otro de los productos típicos de Salamanca.
Su principal característica es su pequeño tamaño, su piel fina y su textura mantecosa tras la cocción.
Este garbanzo es muy apreciado en la cocina por su sabor suave y su capacidad para mantener la forma en los guisos, lo que lo hace perfecto para platos como el cocido.
Además, es una legumbre rica en proteínas y minerales, ideal para una dieta equilibrada.
Quesos de Salamanca
Aunque Salamanca no es tan famosa por sus quesos como otras regiones de España, cuenta con una interesante variedad de quesos artesanales elaborados con leche de oveja, cabra y vaca.
Entre los más destacados se encuentra el queso de Hinojosa de Duero, de textura firme y sabor intenso, ideal para acompañar con un buen vino de la zona.
También se pueden encontrar quesos frescos y curados, muchos de ellos producidos en pequeñas queserías familiares que mantienen los métodos de elaboración tradicionales.
Carne morucha
La carne morucha de Salamanca proviene de una raza bovina autóctona criada en las dehesas salmantinas.
Su carne es de gran calidad, con un sabor profundo y una textura jugosa, lo que la convierte en una de las más valoradas de España.
Se suele preparar a la parrilla o a la plancha, resaltando su sabor natural con un simple toque de sal.
Además, su alto contenido en proteínas y su bajo nivel de grasa, la hacen una opción saludable dentro de la gastronomía local.
Este producto, como los anteriores, son parte esencial de la identidad culinaria de Salamanca y un reflejo de la riqueza de sus tierras y tradiciones.
Bebidas típicas de Salamanca
Además de su rica cocina, Salamanca cuenta con una variedad de bebidas que complementan a la perfección sus platos más típicos.
Los vinos con denominación de origen y los licores artesanales elaborados en la provincia, son una parte esencial de su cultura gastronómica.
Vino con Denominación de Origen Protegida Arribes
El vino D.O.P. Arribes se elabora en la comarca de Arribes del Duero, una zona fronteriza con Portugal caracterizada por un microclima especial y suelos de granito y pizarra, ideales para el cultivo de la vid.
En esta región se producen vinos tintos, blancos y rosados de gran calidad, utilizando variedades autóctonas como la Juan García y la Rufete, que aportan matices frutales y elegantes.
Los tintos son suaves pero con cuerpo, mientras que los blancos destacan por su frescura y notas minerales.
El vino Denominación de Origen Protegida Arribes es perfecto para acompañar carnes, embutidos y quesos de la zona.
Vino de Calidad Sierra de Salamanca
Menos conocido que otras denominaciones, pero con un carácter único, el Vino de Calidad Sierra de Salamanca se produce en la zona montañosa del sur de la provincia.
Concretamente su producción se realiza en la Sierra de Francia, en un paisaje de viñedos en terrazas y suelos de pizarra.
La variedad estrella es la Rufete, una uva autóctona que da lugar a vinos ligeros y elegantes, con una acidez equilibrada y notas especiadas.
En los últimos años, estos vinos han ganado reconocimiento y se han convertido en una opción cada vez más apreciada por los amantes del enoturismo.
Licores y orujos
Salamanca también cuenta con una tradición en la elaboración de licores artesanales, muchos de ellos producidos en pequeños obradores familiares con recetas que han pasado de generación en generación.
Entre los más populares se encuentran:
- Licor de hierbas: Similar al gallego, pero con un toque más suave y menos dulce. Se elabora con una mezcla de plantas aromáticas y se toma como digestivo después de las comidas.
- Licor de bellota: Elaborado con las bellotas de las dehesas salmantinas, tiene un sabor tostado y ligeramente dulce, con notas de frutos secos.
- Licor de guindas: Bebida tradicional casera que se obtiene macerando guindas en aguardiente, resultando en un licor afrutado e intenso.
Estos licores son una excelente forma de poner el broche final a cualquier comida, fiel reflejo de la riqueza de la gastronomía de Salamanca.

Salir de tapas por Salamanca
Salamanca no solo es famosa por su impresionante patrimonio y su ambiente universitario, sino también por su vibrante cultura del tapeo.
En la ciudad, salir de tapas es casi una tradición, una forma de socializar mientras se disfruta de la excelente gastronomía local en pequeños bocados.
La oferta es variada, desde los clásicos embutidos ibéricos hasta innovadoras creaciones de autor, siempre acompañadas de un buen vino o una cerveza bien fría.
Las zonas más concurridas para tapear incluyen los alrededores de la Plaza Mayor, donde se encuentran algunas de las tabernas más emblemáticas.
Otro imprescindible es la calle Van Dyck, famosa por sus bares con tapas generosas y precios asequibles, muy frecuentada por universitarios.
Sin importar la zona, la regla es la misma: pedir una bebida y recibir una tapa gratis o a un precio muy económico.
Toma nota, a continuación te dejamos cinco bares recomendados para tapear en Salamanca.
Mesón Cervantes
Ubicado en plena Plaza Mayor, es un clásico de la ciudad y un lugar perfecto para disfrutar de una buena tapa en un entorno privilegiado.
Su oferta de tapas es variada y de gran calidad, destacando el jamón ibérico, las croquetas caseras y los pinchos de tortilla.
Tapas 2.0
Este moderno bar combina la tradición con la cocina creativa, ofreciendo tapas innovadoras con productos locales.
Sus hamburguesitas de ibérico y las patatas bravas con salsa especial, son algunas de sus especialidades más demandadas.
Taberna de Dionisios
Uno de los bares más conocidos por la calidad de su cocina, todo un clásico del tapeo en Salamanca.
Sus variedad de tostas hacen que siempre encuentres la que mejor se adapta a tu gusto, también hay raciones, tablas y ensaladas.
Cuzco Bodega
Especializado en vinos y tapas tradicionales, este local es una apuesta segura para los amantes del buen comer.
Aquí el protagonista es el cerdo ibérico, que podrás probar en recetas con jamón curado, presa, solomillo, hamburguesas y otras muchas opciones.
La Viga
Un clásico escondido en el centro histórico que destaca por su ambiente auténtico y sus raciones generosas.
Su tapa más famosa es la jeta asada, un manjar crujiente que no puedes dejar de probar.

Dulces típicos de Salamanca
La repostería es tan rica y variada como toda la gastronomía de Salamanca, influenciada por la tradición conventual y la cultura popular.
Ofrece una gran variedad de dulces elaborados con ingredientes sencillos, pero con un sabor inconfundible.
Ya sea para acompañar un café, llevarse un recuerdo comestible de la ciudad o simplemente darse un capricho, los dulces típicos de Salamanca son una delicia que no puedes dejar de probar.
Chochos charros
No te dejes engañar por su nombre curioso, los chochos charros son pequeños dulces de almendra recubierta con una capa de azúcar glaseado.
Su textura crujiente y su dulzura los convierten en un bocado irresistible, además de un regalo muy popular.
Perrunillas
Estos tradicionales dulces son una especie de galleta mantecosa, con un toque anisado y espolvoreadas con azúcar.
Su textura es crujiente por fuera y tierna por dentro, lo que las hace perfectas para acompañar un buen café o un vino dulce.
Bollo maimón
Este bizcocho esponjoso y ligero es un clásico en la repostería salmantina, estrechamente ligado a la historia de la ciudad.
Su elaboración es sencilla, basada en huevos, maicena y azúcar, pero su sabor y textura es inconfundible.
Sacatrapos
Menos conocidos que otros dulces salmantinos, los sacatrapos son tiras de masa con forma cónica, fritos y espolvoreados con azúcar glas.
Su textura crujiente y su sabor delicado, los hacen irresistibles para los amantes de la repostería tradicional.
Rosquillas de Ledesma
Terminamos este repaso por la gastronomía de Salamanca con las rosquillas de Ledesma, cuyo nombre toman de la bonita localidad de Ledesma.
Para su elaboración se prepara una masa con harina, huevos, azúcar, manteca y leche, a la que se le añade un toque de anís y limón.
Tras darle manualmente su característica forma de espiral, se hornean para aportarles un irresistible color dorado.