Iglesias de Florencia

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Iglesias de Florencia: Las más famosas, bonitas y visitadas

Florencia, cuna del Renacimiento y ciudad de incomparable riqueza cultural, alberga algunas de las iglesias más impresionantes de Italia.

Más allá de la majestuosa Catedral de Santa María del Fiore, conocida por su icónica cúpula diseñada por Brunelleschi, las iglesias de Florencia combinan historia, arte y espiritualidad.

Cada una de ellas guarda en su interior valiosas obras de arte, frescos y esculturas de artistas renombrados como Miguel Ángel, Giotto o Brunelleschi, convirtiéndolas en auténticos museos.

Ya sea por su arquitectura, su significado religioso o su valor histórico, visitar las iglesias de Florencia es una experiencia imprescindible para conocer la esencia de la capital toscana.

Basílica de San Miniato al Monte

Ubicada sobre una colina, la Basílica de San Miniato al Monte es una de las iglesias de Florencia más antiguas y fascinantes.

Considerada una obra maestra del románico toscano, combina elementos arquitectónicos de gran belleza con una historia cargada de leyendas y espiritualidad.

Además, desde su privilegiada posición, ofrece una de las vistas más espectaculares de Florencia.

Basílica de San Miniato del Monte, una de las iglesias más antiguas de Florencia
Basílica de San Miniato del Monte, una de las iglesias más antiguas de Florencia

Historia de la Basílica de San Miniato al Monte

La Basílica de San Miniato al Monte tiene sus raíces en la historia más antigua de Florencia, con orígenes que se remontan al siglo III.

Según la leyenda, San Miniato, un príncipe armenio convertido al cristianismo, fue martirizado durante la persecución del emperador romano Decio.

Tras ser decapitado, se dice que llevó su cabeza en las manos hasta la colina donde había vivido como ermitaño, lugar en el que posteriormente se construyó la iglesia en su honor.

La edificación actual comenzó en el siglo XI, cuando el obispo Alibrando encargó la construcción de una iglesia de mayor envergadura.

La basílica se construyó en un estilo románico florentino, caracterizado por su elegante sencillez y el uso de mármol blanco y verde en la decoración.

A lo largo de los siglos fue ganando importancia, atrayendo a peregrinos y fieles que acudían para venerar las reliquias de San Miniato que guarda en su interior.

Durante la Edad Media, la basílica se integró en un monasterio benedictino, que más tarde pasó a la orden de los olivetanos en el siglo XIV.

Los monjes no solo se encargaban del mantenimiento del templo, sino que también contribuyeron a su embellecimiento con frescos y mosaicos de gran valor artístico.

Qué ver en la Basílica de San Miniato al Monte

Lo primero que llama la atención es la fachada de mármol blanco y verde, siguiendo el característico patrón de paneles geométricos del románico florentino.

La fachada, que data del siglo XI, se divide en tres niveles bien diferenciados, creando un contraste visual que le otorga una apariencia majestuosa.

Junto a la basílica, se levanta una torre campanario del siglo XIII, restaurada en varias ocasiones debido a los daños sufridos durante las guerras.

Además, está rodeada por una muralla construida en el siglo XVI por Miguel Ángel para reforzar las defensas durante el asedio de las tropas imperiales.

El acceso se realiza a través de una escalinata que proporciona una vista panorámica de la ciudad, por lo que es un lugar ideal para disfrutar de la belleza de Florencia.

El interior de la basílica es igualmente impresionante, con una estructura de tres naves separadas por columnas de mármol con capiteles reutilizados de edificios romanos.

Uno de los elementos más llamativos es el mosaico del ábside, que representa a Cristo entre la Virgen María y San Miniato, con fondos dorados que reflejan la influencia bizantina.

Otro punto destacado es la Capilla del Crucifijo, de estilo renacentista, fue diseñada por Michelozzo en el siglo XV.

En el nivel inferior se encuentra la cripta, donde se guardan las reliquias de San Miniato.

Capilla del Crucifijo en la Basílica de San Miniato del Monte, iglesias de Florencia
Capilla del Crucifijo en la Basílica de San Miniato del Monte de Florencia

Información para visitar San Miniato del Monte

La basílica está abierta al público todos los días en el siguiente horario:

  • De lunes a sábado: de 7:00 a 19:00 horas.
  • Domingos y festivos: de 8:15 a 19:00 horas.

Nosotros te recomendamos visitar la Basílica de San Miniato del Monte a primera hora de la mañana, para disfrutar de un ambiente tranquilo y una mejor iluminación natural.

La entrada a la Basílica de San Miniato de Monte es gratuita, no obstante, se aceptan donaciones para el mantenimiento del edificio y sus obras de arte.

La basílica se encuentra en lo alto de la colina de San Miniato, cerca de Piazzale Michelangelo, uno de los miradores más famosos de la ciudad:

  • A pie: Ubicada a tan solo 20 minutos a pie desde el centro de Florencia, el recorrido ofrece vistas espectaculares.
  • Autobús: Las líneas ATAF 12 y ATAF 13 tienen paradas en las cercanías.

Basílica de Santa María Novella

Ubicada en la plaza que lleva su nombre, la Basílica de Santa María Novella es uno de los templos más importantes y representativos de Florencia.

Considerada una joya del patrimonio cultural florentino, acoge algunas de las obras más importantes de artistas como Masaccio, Filippino Lippi y Giotto.

Además, alberga una de las farmacias más antiguas de Europa, fundada por los monjes dominicos en el siglo XIII.

Basílica de Santa María Novella, iglesias de Florencia
Basílica de Santa María Novella en Florencia

Historia de la Basílica de Santa María Novella

La historia de Santa María Novella se remonta al siglo IX, cuando en el lugar donde se erige existía una pequeña iglesia dedicada a Santa María delle Vigne.

A medida que Florencia crecía en importancia, se hizo necesario un templo más grande para satisfacer las necesidades de la población.

Fue así como, en 1279, la orden de los dominicos inició la construcción de la actual basílica, una obra que se prolongaría hasta el siglo XIV.

El diseño inicial estuvo a cargo de los frailes dominicos fray Sisto Fiorentino y fray Ristoro da Campi, quienes optaron por el estilo gótico típico de la época.

A lo largo de su historia, fue un importante centro de enseñanza teológica y filosofía, además de un lugar de reunión para la élite intelectual de la ciudad.

Durante el Renacimiento, se convirtió en un escaparate de las nuevas corrientes artísticas, albergando obras de grandes maestros de la época.

Qué ver en la Basílica de Santa María Novella

Uno de los aspectos más destacados de la basílica es su fachada, considerada una de las más bellas del Renacimiento florentino.

Fue diseñada por Leon Battista Alberti en el siglo XV, quien supo integrar con maestría elementos góticos con las proporciones clásicas renacentistas.

Su diseño geométrico, con mármoles blancos y verdes típicos de Florencia, presenta una simetría perfecta, destacando los medallones circulares y el uso de proporciones matemáticas inspiradas en la antigüedad clásica.

El interior de la Basílica de Santa María Novella es una muestra excepcional del estilo gótico florentino, con planta de cruz latina, una amplia nave central y dos laterales.

La luz natural que se filtra a través de sus amplias vidrieras de colores, realza la atmósfera solemne y espiritual del lugar.

Uno de los principales atractivos es la Capilla Tornabuoni, decorada con frescos de Domenico Ghirlandaio que representan escenas de la vida de la Virgen María y San Juan Bautista.

Otro punto de interés es el Crucifijo de Brunelleschi, ubicado en la Capilla Gondi, es una de las pocas obras escultóricas del célebre arquitecto.

También imprescindibles son la Capilla Strozzi, con frescos de Filippino Lippi; el púlpito, diseñado por Filippo Strozzi; o el rosetón de la fachada, con delicadas vidrieras policromadas.

Museo de Santa María Novella

El Museo de Santa María Novella, ubicado dentro del complejo de la basílica, ofrece una fascinante inmersión en la historia y el arte florentino.

Este espacio, que en su origen formaba parte del convento dominico, conserva un valioso patrimonio artístico y arquitectónico entre sus claustros, salas capitulares y capillas.

Destaca especialmente el Claustro Verde, famoso por sus frescos del siglo XIV realizados por Paolo Uccello, con escenas del Antiguo Testamento en una tonalidad verdosa que le da nombre.

Otro punto de interés es la Capilla de los Españoles, magnífica sala que servía como lugar de oración para la comunidad hispana en Florencia, cuenta con frescos de Andrea di Bonaiuto.

Además de los frescos, el museo alberga una colección de obras escultóricas, pinturas, manuscritos y objetos litúrgicos que pertenecieron a la comunidad religiosa.

También cuenta con una sección dedicada a la Farmacia de Santa María Novella, una de las más antiguas de Europa.

Farmacia de Santa María Novella

Dentro del complejo de Santa María Novella, se encuentra una de las farmacias más antiguas del mundo: la Officina Profumo-Farmaceutica di Santa Maria Novella.

Con más de siete siglos de historia, es una auténtica joya de la tradición florentina, donde se combinan el saber ancestral de los monjes dominicos con la elegancia del Renacimiento.

Fundada en el siglo XIII por los frailes dominicos, aquí elaboraban remedios herbales, ungüentos y destilados con fines medicinales, utilizando hierbas cultivadas en los jardines del monasterio.

Con el tiempo, sus fórmulas ganaron reputación y atrajeron a clientes de toda Europa, alcanzando su máximo esplendor en el Renacimiento, gracias a la producción de perfumes y cosméticos.

Uno de sus productos más famosos es el «Acqua della Regina», fragancia creada en honor a Catalina de Médici cuando partió hacia Francia para convertirse en reina.

En el siglo XVII, la farmacia abrió sus puertas al público y comenzó a vender sus productos de forma comercial, expandiendo su fama más allá de Italia.

La farmacia se encuentra a pocos pasos de la basílica, en Via della Scala 16, y la entrada es gratuita.

Abre sus puertas de lunes a domingo, de 09:00 a 20:00 horas.

Información para visitar Santa María Novella

La basílica está abierta al público durante todo el año, con horarios que varían según la temporada:

  • De lunes a jueves: De 09:00 a 17:30 horas.
  • Viernes: De 11:00 a 17:30 horas.
  • Sábados y vísperas de festivos: De 09:00 a 17:00 horas.
  • Domingos y festivos: De 13:00 a 17:00 horas.

Se recomienda consultar la web oficial antes de la visita, ya que los horarios pueden cambiar debido a eventos religiosos u otras actividades especiales.

El precio de la entrada general para visitar la Basílica de Santa María Novella es de 7,50€, aunque existen tarifas reducidas y opciones combinadas:

  • Entrada reducida: 5€ para estudiantes, mayores de 65 años y grupos organizados.
  • Entrada gratuita: Menores de 11 años, residentes en Florencia y titulares de la tarjeta Firenze Card.
  • Pase combinado: Por 18€ se puede acceder a la basílica y otros espacios del complejo, como la farmacia y el museo.

Para evitar colas, es recomendable adquirir las entradas con antelación a través de la web oficial o en plataformas de venta de tickets en línea.

La basílica se encuentra en Piazza Santa Maria Novella, una ubicación céntrica y de fácil acceso desde cualquier punto de la ciudad:

  • A pie: Está a solo 5 minutos de la estación de tren Santa Maria Novella.
  • Autobús: Las líneas C1 y C2 tienen paradas cercanas a la plaza.

Basílica de Santa Croce

La Basílica de Santa Croce, una de las iglesias de Florencia que, sin duda, no te puedes perder, es una verdadera joya que combina historia, arte y espiritualidad.

Esta iglesia franciscana no solo es un lugar de culto, también un museo que alberga las tumbas de algunos de los personajes más ilustres de Italia.

Conocida como el «Panteón de Florencia», en su interior descansan figuras como Miguel Ángel, Galileo Galilei y Maquiavelo.

Visitar la Basílica de Santa Croce es sumergirse en siglos de arte y devoción, desde sus capillas decoradas por renombrados artistas hasta los claustros que invitan a la reflexión.

Basílica de Santa Croce en Florencia, la más grande del mundo construida por los franciscanos, iglesias de Florencia
Basílica de Santa Croce en Florencia, la más grande del mundo construida por los franciscanos.

Historia de la Basílica de Santa Croce

La historia de la Basílica de Santa Croce se remonta a finales del siglo XIII, cuando los frailes franciscanos decidieron construir un templo en honor a la Santa Cruz.

La primera piedra se colocó en 1294, bajo el diseño del arquitecto Arnolfo di Cambio, el mismo que trabajó en la Catedral de Santa Maria del Fiore.

Durante el Renacimiento, Santa Croce se consolidó como un lugar de gran prestigio, no solo por su papel religioso, sino también por su relación con las familias más influyentes de Florencia.

Muchas de ellas financiaron la construcción de capillas privadas en el interior de la basílica, como la Capilla Bardi y la Capilla Peruzzi.

Por aquel entonces, también se convirtió en un centro de enseñanza teológica y filosófica, atrayendo a importantes intelectuales de la época.

Uno de los episodios más trágicos de su historia ocurrió en 1966, cuando una devastadora inundación del río Arno causó graves daños, sumergiendo varias obras de arte bajo el agua.

Qué ver en la Basílica de Santa Croce

El exterior está dominado por una imponente fachada neogótica, construida en el siglo XIX por el arquitecto Niccolò Matas.

Esta obra, elaborada en mármol blanco, verde y rojo, se caracteriza por su rica ornamentación geométrica y simbólica.

Uno de los elementos más llamativos es la estrella de David, colocada en la parte superior como homenaje a la comunidad judía florentina y al propio arquitecto.

El campanario, que se alza a un lado de la iglesia, fue reconstruido en el siglo XIX tras el colapso de la torre original.

En contraste con la elaborada fachada, el interior de la Basílica de Santa Croce es austero y sobrio.

El techo de madera con vigas expuestas, típico del estilo gótico toscano, contribuye a la sensación de amplitud y solemnidad.

Uno de los principales atractivos del interior son sus capillas decoradas con frescos, encargadas por las familias más influyentes de Florencia.

Destacan las pinturas de artistas como Giotto, cuyas obras en la Capilla Bardi y la Capilla Peruzzi representan episodios de la vida de San Francisco y San Juan Evangelista, respectivamente.

El claustro, de gran belleza arquitectónica y proporciones perfectas, alberga la Capilla Pazzi, una obra maestra del Renacimiento diseñada por Filippo Brunelleschi.

Panteón de los Ilustres

Otro punto de interés es el Panteón de los Ilustres, donde reposan las tumbas de figuras tan célebres como Miguel Ángel, Galileo Galilei, Nicolás Maquiavelo y el compositor Gioachino Rossini.

Los monumentos funerarios, ricamente decorados, fueron diseñados por reconocidos artistas del Renacimiento, convirtiendo la iglesia en un verdadero museo escultórico.

También llama la atención el cenotafio de Dante Alighieri, autor de «La Divina Comedia», aunque sus restos están en Rávena, Florencia le ha dedicado este pequeño homenaje.

Información para visitar la Basílica de Santa Croce

El horario de la Basílica de Santa Croce es el siguiente:

  • De lunes a sábado: De 09:30 a 17:00 horas.
  • Domingos y festivos: De 14:00 a 17:00 horas.

Se recomienda llegar con antelación, especialmente en temporada alta, ya que la afluencia de turistas puede generar colas en la entrada.

El acceso a la basílica requiere la compra de una entrada:

  • Entrada general: 8 €
  • Entrada reducida (estudiantes, mayores de 65 años): 6 €
  • Entrada gratuita: Menores de 11 años, residentes en Florencia y titulares de la Firenze Card.

La basílica está situada en la Piazza di Santa Croce, en el centro histórico de Florencia, por lo que es fácilmente accesible a pie desde los principales puntos turísticos de la ciudad:

  • A pie: Desde la Catedral de Santa Maria del Fiore son alrededor de 10 minutos.
  • Transporte público: Las líneas de autobús C1 y C3 tienen paradas cercanas a la plaza.

Basílica de San Lorenzo

La Basílica de San Lorenzo, ubicada en el corazón de la ciudad, es una de las iglesias más famosas de Florencia, además de la más antigua.

Lo que la hace única no es solo su historia, sino también su estrecha relación con la familia Médici, quienes la convirtieron en su lugar de culto y descanso eterno.

Este vínculo no solo le otorgó relevancia histórica, también atrajo a los más prestigiosos artistas de la época, entre ellos Filippo Brunelleschi y Miguel Ángel.

Historia de la Basílica de San Lorenzo

La Basílica de San Lorenzo es una de las iglesias más antiguas de Florencia, con raíces que se remontan al siglo IV.

Inicialmente consagrada como catedral, cumplió esa función hasta que Santa Reparata, predecesora de la actual Catedral de Santa María del Fiore, asumió este papel.

En el siglo XV, San Lorenzo adquirió un nuevo protagonismo gracias a la poderosa familia Médici, quienes la eligieron como su iglesia oficial.

Bajo el mecenazgo de Cosme el Viejo de Médici, el arquitecto Filippo Brunelleschi se encargó de rediseñar el edificio.

El templo fue ampliado y embellecido a lo largo de los siglos, gracias a los aportes de destacados arquitectos y artistas, incluidos Miguel Ángel y Donatello.

Miguel Ángel diseñó la Sacristía Nueva, que alberga los sepulcros de la familia Médici, mientras que Donatello contribuyó con esculturas y relieves para la decoración del interior.

A pesar de su importancia artística, la fachada de la basílica nunca fue terminada, lo que le da un aspecto inusual que contrasta con la riqueza decorativa de su interior.

Qué ver en la Basílica de San Lorenzo

A diferencia de muchas iglesias de Florencia, adornadas con mármol de varios colores, la fachada de San Lorenzo quedó inacabada.

Aunque el diseño inicial estaba en manos de Filippo Brunelleschi, tras la muerte del arquitecto, nunca llegó a completarse.

En el siglo XVI, Miguel Ángel debía diseñar una nueva fachada, sin embargo, por razones financieras y políticas, su ambicioso proyecto nunca se llevó a cabo.

Esta simplicidad también sirve para destacar la importancia del interior y de las áreas adyacentes, como las famosas Capillas Mediceas.

El interior de la Basílica de San Lorenzo es una obra maestra de la arquitectura renacentista, diseñada por Filippo Brunelleschi.

De líneas simples y proporciones armoniosas, el templo es un ejemplo clásico de cómo el Renacimiento priorizó la simetría y la racionalidad en sus construcciones.

El uso de piedra gris, conocida como pietra serena, contrasta con los tonos blancos de las paredes, creando una sensación de calma y equilibrio.

Uno de los puntos más destacados es la Sacristía Vieja, lugar de oración privado de los Médici, es obra de Brunelleschi con esculturas y relieves de Donatello.

Además, la Sacristía Nueva, diseñada por Miguel Ángel, alberga los majestuosos sepulcros de los Médici, con esculturas que reflejan la maestría del artista.

Finalmente, cabe destacar el Altar Mayor, rodeado por un coro octogonal que refuerza la simetría del espacio y cuenta con delicados detalles ornamentales.

Capillas Mediceas

Las Capillas de los Médici, situadas dentro del complejo de la Basílica de San Lorenzo, son un testimonio del poder y la influencia de la familia Médici durante el Renacimiento.

Su construcción comenzó en el siglo XVI, como un mausoleo para albergar las tumbas de los miembros más destacados del clan familiar.

En su desarrollo se involucraron grandes maestros como Miguel Ángel, encargado de diseñar la Sacristía Nueva, así como Giorgio Vasari, quien supervisó el trabajo en la Capilla de los Príncipes.

La Sacristía Nueva alberga las tumbas de Lorenzo II de Médici y Giuliano II de Médici, con esculturas que representan los ciclos del día: Aurora, Crepúsculo, Día y Noche.

Por su parte, la Capilla de los Príncipes, es un homenaje más grandioso y ostentoso, construido en mármol, piedra semipreciosa y bronce.

Este espacio fue concebido para alojar los restos de los grandes duques de Toscana, bajo su gran cúpula decorada con frescos y mosaicos.

Biblioteca Laurenciana

Otro imprescindible en la Basílica de San Lorenzo es la Biblioteca Laurenciana, uno de los logros más extraordinarios del Renacimiento.

Encargada por el Papa Clemente VII, miembro de la familia Médici, y diseñada por Miguel Ángel, su revolucionaria arquitectura esconde una de las colecciones de manuscritos más importantes de Europa.

La biblioteca fue concebida en el siglo XVI para preservar más de 11.000 manuscritos y 4.500 incunables reunidos por los Médici, grandes mecenas del arte y el conocimiento.

Uno de los elementos arquitectónicos más icónicos es la escalera monumental del vestíbulo, con escalones de diferentes anchuras que parecen fluir como un río.

Por su parte, la sala de lectura es un espacio luminoso con altos ventanales que refleja la esencia del Renacimiento.

Información para visitar la Basílica de San Lorenzo

Cada recinto de la Basílica de San Lorenzo está gestionado por separado, por lo que cada uno tiene su propio horario:

  • Basílica de San Lorenzo: De lunes a sábado, de 10:00 a 17:00 horas.
  • Capilla de los Medici o Capillas Mediceas: De 08:15 a 18:50 horas, excepto los martes que cierra.
  • Biblioteca Laurenciana: De lunes a viernes, de 10:00 a 13:30 horas.

La entrada a la Basílica de San Lorenzo depende de las estancias que se visiten:

Si reservas la entrada online, puede haber un pequeño sobrecoste, pero te ahorrará tiempo al evitar las colas, especialmente durante la temporada alta.

Ubicada en la Piazza San Lorenzo, en pleno corazón de Florencia, está a pocos minutos a pie de los principales puntos turísticos de la ciudad.

  • A pie: Desde el Duomo de Florencia se tarda aproximadamente 5 minutos caminando.
  • Transporte público: Autobús línea C1, parada San Lorenzo, o andando desde la estación de Tren Santa Maria Novella.

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