El Ponte Vecchio es el puente más antiguo y famoso de Florencia, lleva uniendo las dos orillas del río Arno desde mediados del siglo XV.
Su singularidad se encuentra en las casas que cuelgan sobre el río, con la mayoría de sus locales comerciales ocupados por lujosas joyerías. Además, sobre él discurre el Corredor Vasariano.
Un poco de historia
Desde la Antigua Roma había un puente justo en éste punto, ya que es la zona donde más se estrecha el Arno a su paso por la ciudad.
El puente actual data del año 1345, fue diseñado por los arquitectos Taddeo Gaddi y Neri di Fioravante.
Desde aquel entonces ya se había concebido con tiendas instaladas en ambos lados, pero con el paso de los años los comerciantes fueron ampliando sus locales hacia el río para tener más espacio.
El Corredor Vasariano fue añadido en el año 1565, se trata de una galería cubierta que une el Palacio Viejo con el Palacio Pitti, construida por encargo del Gran Duque Cosme I de Médici.
En la Segunda Guerra Mundial fue el único puente de Florencia que no destruyeron los alemanes para evitar el avance de las tropas aliadas, aunque los accesos sí estuvieron clausurados por los escombros.
Detalles arquitectónicos
El puente consta de tres arcos, el del centro mide 30 metros de luz y los de los lados 27 metros.
Está hecho de piedra, siendo el puente de piedra más antiguo de Europa.
En la esquina sureste se alza la Torre de Mannelli, la única de las cuatros torres defensivas del Ponte Vecchio que ha llegado hasta nuestros días.
Tiendas del Ponte Vechio
En un principio las tiendas que se instalaron eran de alimentación: pescaderías, fruterías y carnicerías.
Debido al mal olor que llegaba hasta las casas de los nobles de alrededor, las autoridades comenzaron a conceder las licencias exclusivamente a joyeros y orfebres, oficios que se mantienen hoy en día.
No hay compra más típica de Florencia que adquirir una joya en alguna de las tiendas del famoso Ponte Vecchio, además de ser una visita turística imprescindible de la ciudad.