Qué ver en Frías, Burgos
Incluida entre los pueblos más bonitos de España, sigue leyendo y descubre todo lo que hay que ver en Frías.
Aunque en realidad Frías es una ciudad, de hecho, la más pequeña del país.
Además forma parte de la mancomunidad turística Raíces de Castilla, junto con Poza de la Sal y Oña.
Qué ver en Frías en un día
Frías se ubica en lo alto del Cerro de La Muela, en la margen derecha del río Ebro, con el castillo alzándose en un extremo y la iglesia en el otro.
De vital importancia para la reconquista cristiana, su casco histórico parece haberse quedado anclado en la Edad Media.
Las casas, en muchos casos reconvertidas en alojamientos turísticos, se apiñan pegadas unas a otras entre las estrechas callejuelas.
Fueron construidas con adobe o piedra toba, sujetas por un entramado de madera que hoy son su mayor seña de identidad.
Todas cuentan con dos o tres alturas, además de un sótano utilizado como bodega o almacén.
Algunas de ellas cuelgan de la roca, son en total 22 casas colgadas que se abren al precipicio.
Castillo de Frías
También conocido como Castillo de los Velasco o Castillo de los Duques de Frías, se alza en el punto más alto de la ciudad.
De hecho, está considerado uno de los castillos roqueros más espectaculares de España, ofreciendo vistas de todo el Valle de Tobalina.
Se tiene constancia de su existencia al menos desde el siglo X, pero en realidad su importancia comienza en el siglo XIII, cuando pasó a manos de Alfonso VIII.
La entrada está protegida por un foso, tras ella se abre el patio de armas de planta cuadrangular que originalmente estaba en parte cubierto.
A su alrededor se distribuían las estancias residenciales y de servicio, hoy en día desaparecidas, de ellas apenas quedan unos ventanales divididos por columnas con capiteles románicos.
Bajo el patio hay un enorme aljibe del que sólo es visible el pozo, a su alrededor se alzan murallas almenadas con paseo de ronda.
La fachada Este está protegida además con dos torres circulares, la del sur lleva el nombre de Torre del Reloj.
En el extremo contrario del patio se alza la Torre del Homenaje, sin duda la imagen más icónica de Frías.
Totalmente independiente del resto del conjunto, hasta ella se accede a través de una estrecha escalera excavada en la piedra.
Dentro hay una estancia abovedada, uno de los restos más antiguos de la fortaleza, sirve además como base de una terraza almenada.
El horario del Castillo de Frías es de 10:30 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas.
La entrada cuesta 2€, es gratis para los menores de 5 años y para todo el público los lunes hasta las 11:00 horas.
Muralla medieval
A partir del castillo se extendían las murallas rodeando todo el Cerro de la Muela, añadidas en el siglo XIII para complementar las defensas.
Originalmente contaba con tres puertas: Puerta de Medina, Puerta del Postigo y Puerta de la Cadena o de la Villa.
La primera se conserva junto al castillo, la segunda junto a la iglesia y la tercera fue destruida durante la Guerra de Independencia.
Iglesia de San Vicente
Se alza en el extremo opuesto al castillo, desafiando la gravedad sobre un cortado rocoso.
Construida en el siglo XIII, pocos restos se conservan de su primitiva traza románica.
Precisamente uno de ellos, la portada principal, fue trasladada al Museo de Claustros de Nueva York.
Esto ocurrió tras la caída de la torre a principios del siglo XX, por lo que se hizo necesario la venta para sufragar los gastos de la reconstrucción.
Dentro se conserva una importante colección de imaginería religiosa, sobresaliendo el retablo mayor, el de la Soledad y el del Cristo de las Tentaciones.
También cabe destacar la Capilla de la Visitación, resguardada tras una magnífica reja de forja.
La entrada cuesta 1€.
Puente medieval
Lleva uniendo las dos orillas del río Ebro a su paso por Frías desde el siglo XIII, aunque ya existía una construcción anterior romana.
De hecho, por él pasa una antigua calzada romana, encargada de conectar las tierras castellanas con las de la costa cantábrica.
Su longitud es de 143 metros y su anchura de 345 metros, contando con un total de 9 vanos, los centrales apuntados.
En el punto más alto alcanza los 11 metros sobre el río Ebro, a lo que habría que añadir otros 11 de la torre pentagonal, utilizada para el cobro de pontazgo.
Frías y Tobera
La visita a Frías se complementa con la de la cercana Tobera, salpicada de cascadas en mitad del caserío.
Son un conjunto de cataratas creadas por el río Molinar, un paseo con el mismo nombre permite descubrirlas de cerca y desde las alturas.
Más arriba del conjunto urbano, en el cañón horadado por el río, se ha ubicado la Ermita de la Hoz y la Ermita del Cristo de los Remedios.
Historia de Frías
Frías aparece nombrada por primera vez en el siglo IX, concretamente en el año 867 como una de las localidades surgidas tras la reconquista cristiana.
Aunque se sabe que había sido un paso estratégico para los romanos, a medio camino entre la meseta castellana y la costa cantábrica.
Ya en el siglo XI aparece por estas tierras el rey Sancho III de Navarra, quedando incluida Frías en los territorios de su reino.
El verdadero auge comienza tras los fueros otorgados por Alfonso VIII en 1202, pasando a formar parte del Reino de Castilla.
Fue en 1435 cuando Frías obtiene el título de ciudad de manos de Juan II de Castilla, siendo actualmente la más pequeña de España.
Poco después la intercambió con Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro, por Peñafiel, quien tardó poco en subir los impuestos y reducir los privilegios.
Esto provocó protestas que fueron sofocadas en 1450 con un asedio, la rebelión posterior se recuerda todavía en la Fiesta del Capitán.
Los Reyes Católicos crearon en 1492 el Ducado de Frías y se lo otorgaron al linaje de los Velasco, título que se mantiene en la actualidad.
Con la división provincial de 1833, pasa a constituirse como ayuntamiento dependiente del partido de Briviesca, dentro de la región de Castilla La Vieja.
El auge turístico comienza en las últimas décadas del siglo XX, impulsado más recientemente por su inclusión como uno de los pueblos más bonitos de España.
Fiestas de Frías
La celebración más importante del año es sin duda la Fiesta del Capitán, donde se recuerda la rebelión contra el asedio sufrido por el conde Haro en 1450.
Tiene lugar el domingo más cercano al 24 de junio, por lo que se entremezcla con el Día de San Juan.
Es una celebración histórica con orígenes a finales del siglo XV, aunque por entonces era el 24 de junio.
El capitán, vestido con uniforme de época napoleónica, es acompañado por cuatro danzadores que bailan al ritmo de los dulzaineros y el redoblante.
La fiesta concluye bailando la Jota de San Juan y posteriormente el Baile de la Justicia, para dar una última vuelta por la ciudad ondeando la bandera.
También es muy popular la Fiesta de la Cruz, celebrada entre el 2 y el 3 mayo, toda la ciudad se viste de gala con lilas.
Las fiestas patronales tienen lugar a mediados de septiembre, son las conocidas como Fiestas del Cristo.
Además el barrio de abajo tiene su propia fiesta patronal, en honor de San Vítores.
Comer en Frías
Como no podía ser de otra forma la gastronomía de Frías es tradicional castellana, destacando sobre todo los asados de cordero y cochinillo.
No falta tampoco la morcilla de Burgos, quesos de la zona, platos de legumbre, productos de la huerta o setas de temporada.
Tres son los restaurantes en Frías entre los que se puede elegir, Resturante Ortiz, Mesón Fridas y A Fuego Lento, éste último con un toque más moderno.
Si sólo quieres tapear, entonces la mejor opción es La Roca.
Todos están ubicados en la calle Mercado, además en las afueras, cerca del puente medieval, está el Restaurante El Albergue.
Cómo llegar a Frías
El transporte privado es la mejor forma de llegar a Frías, a la que se accede a través de la carretera BU-504.
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