Puente de Piedra de Zamora
Sobre el río Duero se extiende desde el siglo XII el Puente de Piedra de Zamora, también llamado Puente Nuevo.
Historia
Fue construido para sustituir el antiguo puente romano que unía las dos orillas de la ciudad desde la antigüedad.
Tras la destrucción del Puente Viejo, fue durante mucho tiempo el único punto de acceso a Zamora desde el río.
Hoy en día, a pesar de recibir el sobrenombre de Puente Nuevo, es el más antiguo de los cinco puentes sobre el río Duero a su paso por Zamora.
Características
El Puente de Piedra de Zamora cruza el río Duero por una de las zonas más anchas, llegando a medir 180 metros de longitud.
Está formado por 15 arcos apuntados de piedra.
Cuenta además con tajamares, óculos, espolones y aliviaderos que ayudan a disipar la fuerza del agua durante las crecidas.
Durante la reforma del siglo XX se perdió la Capilla de la Virgen de la Guía, cuya imagen es venerada en la Iglesia del Santo Sepulcro.
Originalmente incluía dos torreones en los accesos, servían como punto de vigilancia y cobro de tributos.
Ambos desaparecieron en la reforma del siglo XX, así como las almenas originales.
En lo alto de la torre del margen izquierdo se encontraba desde 1708 la veleta “La Gobierna”.
Hoy en día se puede ver expuesta en el Museo Provincial Zamorano.
A pesar de las numerosas transformaciones llevadas a cabo a lo largo del tiempo, el Puente de Piedra sigue siendo de estilo románico, formando parte de la Ruta del Románico de Zamora.
Desde sus inicios fue punto de acceso a la ciudad desde la Vía de la Plata, función que aún mantiene en nuestros días.
Ofrece al caminante una de las mejores vistas panorámicas de Zamora, alzándose imponente a orillas del río Duero.
Es de especial belleza al caer la tarde, cuando puedes aprovechar para conocer la Leyenda de Atilano.
El acceso es libre y gratuito, siendo en la actualidad un puente totalmente reservado para los peatones.