Breve historia de Zamora
Breve resumen para conocer la historia de Zamora, desde sus orígenes hasta la actualidad.
Orígenes
Se tiene constancia de asentamientos en la zona que hoy ocupa Zamora desde la Edad de Bronce.
Aunque los primeros moradores documentados son los vacceos, tribu celtíbera de la Edad de Hierro que denominó a su castro Ocalam.
Período romano
La ciudad comenzó a crecer con la llegada de los romanos, bajo el nombre de Ocellum Durii.
Formaba parte de la importantísima Vía de la Plata.
De ese período son las hazañas de Viriato, personaje lusitano que se enfrentó al Imperio Romano en su imparable expansión por la Península Ibérica.
Llamado el terror romanorum, el caudillo celebró sus ocho victorias arrancando trozos de los estandartes rojos romanos y colgándolos de su lanza.
De ahí viene el diseño actual de la bandera de Zamora con franjas rojas, llamada Seña Bermeja.
Suevos y musulmanes
Zamora aparece documentada por primera vez en el Parroquial Suevo, escrito del año 569 donde recibe el nombre de Senimure.
Se hacía constar que pertenecía al Reino Suevo.
Tras los suevos ocuparon la ciudad los musulmanes, con ellos recibió dos nombres: Azemur y Semurah.
De éste último ha derivado el nombre que ha llegado hasta nuestro días.
Conquista cristiana
El rey Alfonso I de Asturias conquistó Zamora para los cristianos a mediados del siglo VIII.
A pesar de dotarla de murallas, la ciudad pronto volvió a caer en manos de los musulmanes.
Este intercambio de poder se produjo en varias ocasiones a lo largo de la Edad Media.
Hasta que el rey Fernando I de Castilla la reconquistó definitivamente para los cristianos en el siglo XI.
Edad Media
Fernando I de Castilla cedió Zamora a su hija Doña Urraca, comenzando un período convulso entre sus tres hijos por la dominación de la ciudad.
Precisamente Sancho II de Castilla, hermano de doña Urraca, murió a manos del noble zamorano Bellido Dolfos durante el Cerco de Zamora.
De estas contiendas, se quedó para siempre en el refranero español el dicho de que “no se ganó Zamora en una hora”.
Fue entonces cuando se produjo un hecho inmortalizado en el romancero español.
En la conocida como Jura de Santa Gadea, el Cid Campeador obligó a Alfonso VI de León a jurar que no había tenido nada que ver con la muerte de su hermano Sancho II.
El gran beneficiado fue Alfonso VI, tras la muerte de su hermano heredó el Reino de Castilla, León y Galicia.
El hijo de doña Urraca y Raimundo de Borgoña firmó otro de los momentos relevantes en la historia de Zamora.
Con el Tratado de Zamora, Alfonso VII cedió el Reino de Portugal a Alfonso Enríquez.
El siglo XII fue un período de gran esplendor, de esa época son las construcciones románicas que han llegado hasta nuestros días.
Durante la Guerra Civil Castellana se posicionaron a favor del rey Pedro I de Castilla.
Incluso llegaron a rebelarse contra Enrique de Trastámara, cuando éste asesinó a su hermano y usurpó el trono.
Tras varias meses de sitio, Zamora finalmente capitula ante el coronado rey Enrique II de Castilla.
Edad Moderna
La Edad Moderna acabó con la importancia histórica de Zamora.
Según se fueron trasladando las fronteras cristianas hacia el sur, se fue perdiendo su valor estratégico.
Muchos de sus habitantes se vieron obligados a hacer las Américas, debido a la precaria situación económica.
A principios del siglo XIX, en pleno proceso de recuperación económica, estalló la Guerra de Independencia contra Francia.
Los zamoranos fueron valientes intentando repeler el avance de las tropas napoleónicas con inferioridad de hombres y armamento.
Pero su esfuerzo fue en vano, porque en menos de un día los franceses se hicieron con la ciudad y la ocuparon durante tres años.
Edad Contemporánea
La decadencia provocada por el período posguerra, se vio agravada por la poca actividad industrial y comercial.
Así como por la Desamortización de Mendizábal y el traslado de la Capitanía General a Valladolid.
Estos hechos dejaron aislada y empobrecida a una ciudad que tenía prácticamente como única fuente de ingreso la agricultura.
La recuperación económica llegó a finales del siglo XX, cuando se construyeron líneas de ferrocarril y carreteras que volvieron a conectar Zamora con el resto de España.
Impulsando las relaciones comerciales y abriendo las puertas a industrias y empresas que trajeron nuevas oportunidades a la zona.
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