7 pueblos más bonitos de España que hay en Cantabria
En el norte de la Península Ibérica, entre verdes montañas y playas salvajes bañadas por el mar Cantábrico, se esconden algunos de los pueblos más bonitos de España, auténticas joyas en las que parece que se ha detenido el tiempo.
Hoy queremos responder a la pregunta de cuáles son los pueblos más bonitos de España que hay en Cantabria, viajando desde el interior hasta la costa en busca de los mejores.
A pesar de su pequeño tamaño, muchos son los pueblos bonitos de Cantabria, pero sólo 7 han conseguido estar en el listado oficial de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España.
¿Nos acompañas a descubrirlos?
Bárcena Mayor
Nuestro viaje empieza en Bárcena Mayor, un pueblo monumento enclavado en el corazón del Parque Natural de Saja-Besaya, a orillas del río Argonza, en un valle rodeado por colinas que parecen protegerlo del paso del tiempo.
Este pueblo ha conservado intacto su trazado original desde el siglo XVII, con apenas dos calles flanqueadas por un pequeño núcleo urbano que es una verdadera joya de la arquitectura tradicional montañesa.
Lo más llamativo son sus casonas montañesas de dos alturas, con soportales de piedra en la planta baja y solanas de madera en la superior para dejar entrar la luz y el aire.
Entre ellas sobresale la Iglesia de Santa María, construida en el siglo XVII, su estilo es barroco montañés.
De la arquitectura popular se conserva el antiguo lavadero, ubicado en el centro de la Plaza de las Ovejas.
También permanece original la fuente con abrevadero, un pequeña joya de gran valor etnográfico.
Una de las vistas más icónicas de Bárcena Mayor, se obtiene desde el puente de piedra que cruza el río Argonza.
Aunque parece sacado de otra época por su gran arco de piedra, fue construido en el siglo XIX tras una riada.
Desde aquí, las aguas del río forman pozas donde refrescarse en verano, y este punto, también marca el inicio de varias rutas que recorren el impresionante Parque Natural Saja-Besaya.
Carmona
Seguimos nuestra ruta por los pueblos más bonitos de España en Cantabria hasta Carmona, un pueblo que parece tallado por un artista entre las verdes montañas del Valle del Nansa.
Su ambiente tranquilo y pintoresco lo convierte en el refugio perfecto para desconectar, mientras te pierdes sin prisas por sus callejuelas empedradas.
Las casonas montañesas te envuelven en un ambiente rural único, entre sus muros de piedra y sus balcones de madera decorados con coloridas flores, tienes la sensación de que se ha detenido el tiempo.
A pesar del paso de los siglos, todavía se conservan tradiciones tan arraigadas que merecen monumentos, como el de la Vaca Tudanca o el del Albarquero.
Entre sus edificios sobresale el Palacio de los Díaz Cossío y Mier, una majestuosa muestra del barroco del siglo XVIII, hoy reconvertido en alojamiento turístico.
Otro imprescindible es la Iglesia de San Roque, también del siglo XVIII.
Y para cerrar la visita, no dejes pasar la oportunidad de asomarte al Mirador de la Asomada del Ribero, desde donde se obtienen las mejores vistas de Carmona.
Comillas
Dejamos el interior de Cantabria, y viajamos hasta la costa para visitar Comillas, antiguo pueblo pesquero que quedó marcado por la figura del primer marqués de Comillas.
Gran amante de la arquitectura modernista, con la fortuna que hizo en Cuba, transformó para siempre su villa natal en la cuna del modernismo fuera de Cataluña.
A él le debemos obras como el Palacio de Sobrellano, junto a la Capilla-Panteón, ambos fueron diseñados por el arquitecto catalán Joan Martorell.
Pero su gran obra pía es la Universidad Pontificia, de estilo gótico-mudéjar con elementos modernistas, su portada es Bien de Interés Cultural.
Ese movimiento modernista atrajo a Comillas a arquitectos de renombre como Antonio Gaudí, quien dio forma a un palacete de verano de inspiración oriental, que hoy se conoce como El Capricho de Gaudí.
Otro destacado arquitecto catalán que dejó su huella en Comillas fue Doménech y Montaner, diseñador de la Fuente de los Tres Caños, el Monumento al Primer Marqués de Comillas o la adaptación del cementerio para integrarlo entre las ruinas de la antigua iglesia parroquial.
Pero no todo es modernismo en Comillas, si nos adentramos en su casco viejo, descubriremos la esencia cántabra entre las casonas montañesas de la Plaza Mayor, la resiliencia de un pueblo que levantó su propia iglesia y el legado histórico de la conocida como Villa de los Arzobispos.
Si a todo esto le sumamos una playa kilométrica de fina arena dorada bañada por el Cantábrico, tenemos el destino ideal para visitar en verano.
Liérganes
Nuestra siguiente parada nos lleva de vuelta al interior de Cantabria, pero esta vez al corazón de la Comarca de Trasmiera para descubrir Liérganes, un pueblo de leyenda a orillas del río Miera.
Su casco histórico es un entramado de estrechas callejuelas conocido como El Mercadillo, repleto de casonas de piedra con balcones de madera, muchas de ellas con escudos nobiliarios en sus fachadas.
En paralelo discurre el río Miera, sobre el que se alza el Puente Mayor desde el siglo XVI, posiblemente la imagen más icónica de Liérganes.
A sus pies hay una escultura que nos recuerda la leyenda del hombre pez de Liérganes, en la que se cuenta que un joven desapareció en el río Miera y, años después, apareció en la bahía de Cádiz convertido en un ser mitad hombre, mitad pez.
Además, en el entorno hay un antiguo molino del siglo XVI, un ecomuseo fluvial y un balneario centenario, del que se tiene constancia desde el siglo XVII.
Ya fuera del casco histórico, puedes descubrir joyas como el Palacio de La Rañada o el Palacio de Elsedo, reconvertido en Museo de Arte Contemporáneo.
También muy variada es la muestra de arquitectura religiosa de Liérganes, destacando la Iglesia de San Pedro Ad Víncula, declarada Bien de Interés Cultural.
Mogrovejo
Desde la Comarca de Trasmiera viajamos a la de Liébana, concretamente hasta los pies de los Picos de Europa, para visitar Mogrovejo.
Este pequeño pueblo rodeado por montañas, de apenas unas decenas de habitantes, tiene un gran encanto por descubrir.
Junto con Potes, son las únicas dos localidades de la Comarca de Liébana declaradas Conjunto Histórico Artístico, incluidas además entre los pueblos más bonitos de España en Cantabria.
Entre sus edificios destaca la torre medieval que domina imponente la localidad, construida en el siglo XIII, se alza hasta los 21 metros de altura.
Y en pleno centro encontramos la pequeña Iglesia de Nuestra de la Asunción, rodeada por casonas de piedra que te sumergen en un ambiente que parece sacado de un libro de cuentos.
De hecho, Mogrovejo fue elegido como escenario para la película Heidi, un detalle sólo conocen los que se han acercado a visitar este rincón oculto de Cantabria.
El paisaje de imponentes montañas rodea toda la localidad, por lo que también es el lugar ideal si buscas naturaleza en estado puro, con rutas de senderismo que ofrecen vistas impresionantes de los Picos de Europa.
Potes
Continuamos en el entorno de los Picos de Europa visitando Potes, la capital del Valle de Liébana, enclavada en la confluencia de los ríos Deva y Quiviesa.
Fue necesario construir varios puentes para unir su casco viejo, por lo que es popularmente conocida como la Villa de los Puentes.
Testigo del devenir de la historia en Potes ha sido la Torre del Infantado, una fortificación del siglo XIV que actualmente acoge una exposición sobre el Beato de Liébana.
También sobresalen edificios como la Torre de Orejón de la Lama, la Iglesia Nueva de San Vicente o la antigua Iglesia de San Vicente, reconvertida en Oficina de Turismo, Oficina de Atención al Peregrino y Centro de Estudios Lebaniegos.
Pero lo mejor de Potes es perderse entre sus callejuelas empedradas, rememorando los tiempos en que los nobles se enfrentaban por hacerse con el control de este rincón de Cantabria.
Mientras, déjate tentar por la gastronomía tradicional que ofrecen en sus restaurantes, así como por los productos típicos que inundan sus tiendas, con el orujo de Potes como protagonista indiscutible.
A pocos kilómetros, no puedes dejar de visitar el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, uno de los principales lugares de peregrinación del cristianismo por acoger el Lignum Crucis, el mayor trozo de madera de la cruz en la que crucificaron a Jesucristo.
Y ya que estás por allí, aprovecha para asomarte al impresionante mirador con vistas a los Picos de Europa que hay junto a la Ermita de San Miguel.
Finalmente, adéntrate hasta el extremo sur de los Picos de Europa para visitar Fuente Dé, un espectacular paisaje de montaña con acceso a través de un funicular.
Santillana del Mar
Guardamos lo mejor para el final, la última parada de esta ruta por los pueblos más bonitos de España en Cantabria nos lleva a Santillana del Mar, conocida como la villa de las tres mentiras.
A pesar de que no es santa, no es llana y no tiene mar, lo que sí tiene es historia y belleza por cada rincón de su casco viejo.
Este pueblo es un auténtico museo libre, donde descubrir casonas entre sus calles empedradas con escudos nobiliarios en sus fachadas que cuentan un pedacito de su historia.
No te pierdas la Casa de los Quevedo y Cossío, frente al lavadero, la Casa de la Archiduquesa Margarita de Austria, actual Museo del Barquillero, o la Casa de los Hombrones, con el escudo más curioso de la villa.
Al final de la calle principal nos espera la monumental Colegiata de Santa Juliana, construida en el siglo XII, está considerada una de las mejores muestras del románico de Cantabria.
A su lado se encuentra el Museo de Jesús Otero, con más de 50 obras de este escultor oriundo de Santillana del Mar, nombrado Hijo Predilecto de Cantabria.
También se puede visitar el Museo Diocesano Regina Coeli, ubicado en el Convento de los Dominicos, o el Museo de la Tortura “El Solar”, con más de 50 aparatos de tortura que abarcan desde la Edad Media hasta la Revolución Industrial.
El siguiente punto de interés es la Plaza Mayor, rodeada por algunos de los edificios civiles más importantes de la localidad.
Aquí se encuentra la Torre de Don Borja, gestionada por la Fundación Santillana, la Torre del Merino, también conocida como La Torrona, las Casas del Águila y la Parra o la Casa Barreda-Bracho, Parador Nacional de Turismo desde 1944.
Pero si en algún sitio resuena el eco de los siglos es en la Neocueva de Altamira, donde se han recreado las pinturas rupestres con miles de años de antigüedad de las Cuevas de Altamira.
Si viajas con niños, en los alrededores de Santillana puedes visitar también el Zoológico y Parque Cuaternario, donde conviven más de 2.000 animales traídos desde todos los rincones del planeta.