Barrio Judío de Berlín: Dónde está, qué ver, cómo llegar
Si te apasiona la historia y deseas comprender más a fondo la esencia de la capital de Alemania, no puedes perderte el Barrio Judío de Berlín.
Hogar de una numerosa y próspera comunidad judía antes del Holocausto, por sus calles todavía quedan las huellas de su pasado.
Acompáñame a explorar sus rincones llenos de relatos, monumentos y edificios que han sobrevivido al paso del tiempo y los estragos de la guerra.
Dónde está el Barrio Judío de Berlín
El Barrio Judío de Berlín se encuentra en el distrito de Mitte, al norte de Alexanderplatz, uno de los puntos más céntricos y conocidos de la ciudad.
Este histórico barrio se extiende principalmente a lo largo de las calles Oranienburger Strasse, Grosse Hamburger Strasse y Rosenthaler Strasse.
Mitte, que significa «centro» en alemán, es un distrito que combina lo mejor de la modernidad berlinesa con su rica historia.
Y precisamente por su ubicación céntrica, es elegido por muchos turistas para encontrar su alojamiento ideal en Berlín.
Qué ver en el Barrio Judío de Berlín
El Barrio Judío de Berlín está repleto de historia y cultura, por lo que se ha convertido en una de las visitas imprescindibles en la capital de Alemania.
Desde impresionantes sinagogas hasta conmovedores monumentos, este barrio refleja la rica herencia y la resiliencia de la comunidad judía berlinesa.
Y no solo eso, su mezcla ecléctica de arquitectura, su cultura inquieta y sus interesantes museos, completan una experiencia que no te puedes perder.
Nueva Sinagoga de Berlín
Uno de los edificios más emblemáticos del barrio es la Nueva Sinagoga, ubicada en Oranienburger Strasse.
Desde que se construyó a mediados del siglo XIX, no solo era un lugar de culto, sino también un símbolo de la importancia de la comunidad judía de Berlín.
Con capacidad para albergar a unas 3.000 personas, fue el mayor y más lujoso templo judío de Alemania.
El edificio tiene influencias árabes, de su diseño se encargó el arquitecto Eduard Knoblauch, aunque fue completada por Friedrich August Stüler.
Su sala de oración no solo llama la atención por la rica decoración, también por la excepcional acústica que la convertía en lugar de conciertos y eventos comunitarios.
Sobre ella se extiende una enorme cúpula dorada que se ha convertido en un símbolo de la Nueva Sinagoga de Berlín, visible desde muchos puntos de la ciudad.
El edificio sufrió serios daños por un incendio en 1938, durante la conocida como “Noche de los Cristales Rotos”.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, también resultó gravemente dañada por los bombardeos.
Tras una exhaustiva reconstrucción, en 1995 reabrió sus puertas albergando el Centrum Judaicum.
En su interior se ha instalado una exposición permanente sobre la historia del edificio y la comunidad judía de Berlín, quedando como testimonio de su rica herencia cultural.
El horario de la Nueva Sinagoga de Berlín es:
- Verano: De lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas y domingos de 10:00 a 19:00 horas.
- Invierno: De domingo a jueves de 10:00 a 18:00 horas y viernes de 10:00 a 15:00 horas.
Durante todo el año, los sábados permanece cerrada al público.
La entrada general cuesta 7€, la reducida 4,50€ y la familiar 20€; subir a la cúpula son 3€.
Plaza Rosenstrasse
Otra parada esencial en una ruta por el Barrio Judío de Berlín es la Plaza Rosenstrasse, un lugar cargado de historia y simbolismo.
Aunque es de pequeño tamaño, está presidida por un monumento que recuerda la resistencia civil durante el régimen nazi.
Se trata del «Block der Frauen», traducido como Bloque de las Mujeres, conmemora las protestas de Rosenstrasse de 1943.
Los hechos históricos ocurrieron entre febrero y marzo de 1943, después de que las SS detuvieran a los últimos judíos de Berlín, aquellos que estaban casados con mujeres de raza aria.
En lugar de ser enviados a los campos de exterminio, fueron recluidos en un edificio de la calle Rosenstrasse.
Cuando sus esposas se enteraron de su detención, rápidamente se organizaron junto con sus familiares para manifestarse frente a la casa de reclusión.
Tras una semana de protestas, consiguieron la liberación de todos los presos y se convirtieron en un ejemplo de valentía y determinación en tiempos de terror.
La escultora Ingeborg Hunzinger quiso conmemorar ese episodio con un monumento de piedra, donde se representan a varias figuras femeninas en diferentes posturas de protesta y resistencia.
En el lugar donde se ubicaba el edificio de reclusión, hoy se puede ver una columna informativa de color rosa de unos tres metros de alto.
Antiguo Cementerio Judío de Berlín
El Antiguo Cementerio Judío de Berlín, ubicado en Grosse Hamburger Strasse, es otro lugar cargado de historia que no te puedes perder.
Fundado en 1672, este cementerio era el más antiguo de Berlín, sirviendo durante siglos como principal lugar de descanso para la comunidad judía.
Notables personajes fueron enterrados en este camposanto, entre ellos el filósofo Moses Mendelssohn, uno de los principales intelectuales del movimiento de ilustración judía.
Por desgracia, todas las tumbas originales fueron destruidas por los nazis en 1943, aun así, el sitio se ha convertido en un símbolo de la herencia judía y la tragedia del Holocausto.
En la que fuera la entrada al cementerio se ha instalado un escalofriante conjunto escultórico, obra de los artistas alemanes Will y Mark Lambert.
Esqueléticas figuras de bronce dan ahora la bienvenida al visitante, todo un recordatorio del terror infligido por el régimen nazi.
Además de su valor histórico, el Antiguo Cementerio Judío de Berlín es un lugar de reflexión y memoria, con una atmósfera tranquila y solemne que invita a meditar sobre la historia.
Stolpersteine
Paseando por las calles del Barrio Judío de Berlín, encontrarás pequeñas placas doradas incrustadas en el suelo.
Stolpersteine, que en alemán significa «piedras que hacen tropezar,» es un proyecto conmemorativo iniciado por el artista Gunter Demnig en la década de 1990.
Se compone de pequeñas placas de latón incrustadas en las aceras, dedicadas a recordar a las personas que fueron perseguidas, deportadas y asesinadas durante el Holocausto.
Cada placa lleva el nombre, fecha de nacimiento y destino de la persona, proporcionando un recordatorio tangible y conmovedor de sus historias.
El proceso de instalación es un acto comunitario, las ceremonias suelen involucrar a los familiares de las víctimas, vecinos, escolares y miembros de la comunidad local.
Uno de los aspectos más poderosos de las Stolpersteine es su capacidad para integrarse en la vida cotidiana de la ciudad, no están relegadas a museos o monumentos, sino que se mantienen vivas formando parte del tejido urbano.
Al inclinarse para leer estas inscripciones, los transeúntes realizan un pequeño acto de memoria y homenaje, «tropezando» simbólicamente con las vidas que fueron truncadas.
El proyecto comenzó en Alemania, pero se ha expandido a muchos otros países, hasta la fecha se han colocado más de 75.000 Stolpersteine por toda Europa, convirtiéndolo en el mayor monumento descentralizado del mundo.
Hackesche Höfe
Cuando visites el Barrio Judío de Berlín, no puedes dejar pasar la oportunidad de descubrir los famosos patios interiores de la calle Rosenthaler Strasse.
Conocidos como Hackesche Höfe, este conjunto de ocho patios interconectados fue construidos a principios del siglo XX.
Tras la Segunda Guerra Mundial tuvieron que ser restaurados, ofreciendo hoy en día una vibrante mezcla de galerías de arte, tiendas, restaurantes, oficinas, fábricas y viviendas.
Los Hackesche Höfe son el lugar favorito tanto de locales como de visitantes, que disfrutan de su animado ambiente y arquitectura Art Nouveau.
El complejo consta de ocho patios principales, cada uno con su propio carácter y uso específico, conectados por pasajes y corredores que invitan a explorar y descubrir.
Protegidos desde 1972 como Monumento Histórico, a ellos se accede a través del número 40 de Rosenthaler Strasse.
El más famoso de los patios berlineses recibe el nombre de Endellscher Hof, llama la atención desde que accedes a su fachada de cerámica azul y blanca diseñada por August Endell.
Rodeado de tiendas, bares y cafeterías, uno de sus principales atractivos es el Chamäleon Theater, antigua taberna reconvertida en teatro cabaret.
También cuenta con un cine, llamado Hackesche Höfe Kino, complementa la oferta cultural del primer patio.
El segundo patio, llamado Theaterhof, cuenta con un teatro donde disfrutar de obras teatrales en un ambiente íntimo.
Del tercer patio destacan sus jardines, no pierdas la oportunidad de tomar algo en alguno de los bares, restaurantes y cafeterías que hay en Rosenhof.
El cuarto patio recibe el nombre de Brunnenhof, aunque es más conocido como Patio de la Fuente, por la fuente que preside el conjunto rodeado de tiendas y boutiques.
A continuación, pasamos a Vierter Hof, cargado del ambiente artístico que le aportan los numerosos estudios creativos instalados aquí.
El quinto patio, llamado Fünfter Hof, sobresale por su oferta culinaria, no en vano acoge algunos de los mejores restaurantes de Berlín.
En Sechster Hof vuelve el ambiente bohemio de los artistas que han instalado sus galerías y centros expositivos, sobre todo de arte contemporáneo.
La moda es la protagonista en Siebter Hof, la exclusividad está garantizada en las tiendas y boutiques que rodean el séptimo patio.
Por último, el octavo patio, o Achter Hof, es un remanso de paz en pleno bullicio de la ciudad.
Haus Schwarzenberg
Junto a Hackesche Höfe hay otros patios menos conocidos pero que también merecen una visita, joyas ocultas que guardan el ambiente más alternativo de Berlín.
Mi favorito es Haus Schwarzenberg, epicentro de la cultura, la creatividad y el arte, alberga hasta tres museos y varias galerías de arte.
A diferencia de los patios más comerciales y restaurados, aquí se mantiene un aire auténtico y un poco caótico que refleja la vibrante cultura underground de Berlín.
Dead Chicken Alley
Escondido junto a la entrada a Hackesche Höfe está Dead Chicken Alley, traducido como callejón del Pollo Muerto.
Bajo este singular nombre se esconde una joya del arte callejero, el paraíso de los grafiteros nacido tras la caída del muro de Berlín.
Convertido en uno de los rincones más singulares de la capital de Alemania, a él se accede desde el número 39 de Rosenthaler Strasse.
Museum Blindenwerkstatt Otto Weidt
El Museum Blindenwerkstatt Otto Weidt muestra la historia del taller de cepillos y escobas de Otto Weidt.
Este empresario alemán empleó y escondió a decenas de judíos discapacitados durante la II Guerra Mundial, evitando su extradición a los campos de concentración.
Las exhibiciones incluyen objetos personales, fotografías y documentos que ilustran la vida de los trabajadores y el entorno del taller.
Una de las piezas más conmovedoras es la pequeña habitación oculta detrás de un armario, donde algunos de los empleados judíos de Weidt se escondían durante las redadas.
Por su labor humanitaria, la institución israelí Yad Vashem le concedió póstumamente a Otto Weidt el título de “Justo entre las Naciones”.
El museo abre todos los días: de lunes a viernes de 09:00 a 18:00 horas, sábados, domingos y festivos de 10:00 a 18:00 horas.
La entrada es gratuita.
Anne Frank Zentrum
Otro de los museos más destacados dentro de Haus Schwarzenberg es el espacio expositivo Anne Frank Zentrum.
En su interior se muestra la historia de Ana Frank, la niña judía que permaneció escondida junto a su familia durante años en un pequeño zulo en la ciudad de Ámsterdam.
Durante su encierro, escribió un diario que tras la guerra ha conmovido a millones de personas en todo el mundo.
El centro en Berlín fue fundado para mantener viva su memoria y utilizar su historia como herramienta educativa.
A través de su vida y escritos, busca sensibilizar a las nuevas generaciones sobre las atrocidades del Holocausto y la importancia de la tolerancia, la diversidad y el respeto mutuo.
La exposición permanente detalla la vida de Ana Frank, desde su infancia en Frankfurt, su huida a Ámsterdam y el tiempo que pasó escondida antes de ser capturada por los nazis.
La exhibición incluye fotos familiares, documentos personales y, por supuesto, extractos de su famoso diario.
El Anne Frank Zentrum se puede visitar de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas.
La entrada general cuesta 8€, con la Berlin WelcomeCard se queda en 6€, la reducida 4€ y la familiar 17€.
Cómo llegar al Barrio Judío de Berlín
Gracias a la céntrica ubicación del Barrio Judío de Berlín, es fácilmente accesible desde cualquier punto de la ciudad en transporte público.
Metro (U-Bahn)
La estación de metro más cercana al Barrio Judío de Berlín es Rosenthaler Platz, hasta donde llega la línea U8.
Otra opción es llegar con la línea U6 a la estación Oranienburger Tor, muy bien ubicada en el corazón de Mitte.
Desde ambas, estarás a unos pocos minutos a pie de todo lo que hay que ver en el Barrio Judío de Berlín.
Tren de cercanías (S-Bahn)
Si prefieres moverte en tren de cercanías, puedes llegar con las líneas S1, S2 y S25 a la estación Oranienburger Straße.
Muy bien ubicada en las cercanías de la Nueva Sinagoga, es un punto de inicio ideal para tu visita.
Autobús urbano
La línea 147 de autobuses urbanos tiene parada cerca del Barrio Judío de Berlín, solo tienes que bajarte en S Oranienburger Straße.
También podrías utilizar la turística línea 100, pero tendrías que bajarte en Alexanderplatz y caminar unos 10 o 15 minutos hasta Mitte.
Tranvía
El tranvía es otra forma cómoda y rápida de llegar al Barrio Judío, especialmente si te encuentras en el este de Berlín.
Con la línea M1, puedes bajar en Oranienburger Straße y dar un corto paseo hasta la Nueva Sinagoga.
Otra opción es la línea M5, su parada de Hackescher Markt te deja a pocos minutos andando de los principales puntos de interés.