Historia de Múnich

Breve historia de Múnich

Además de conocer los principales monumentos de la capital de Baviera, sumergiéndote en la historia de Múnich podrás hacer un viaje en el tiempo.

Marienplatz, eje vertebrador de la historia de Múnich
Marienplatz, centro de la vida social y cultural de Múnich

Desde sus humildes orígenes como monasterio, hasta la próspera actualidad como una de las ciudades más visitadas de Alemania, aquí te contamos resumida la historia de Múnich.

Orígenes de Múnich

Los orígenes de Múnich se remontan al siglo VIII, cuando un grupo de monjes benedictinos estableció un monasterio a orillas del río Isar.

Precisamente, el nombre de la ciudad viene de esa época, cuando era conocida como «Munichen», que en alemán significa «el lugar de los monjes».

Ese pasado se sigue recordando hoy en día en el escudo y la bandera de la ciudad, con la representación de un monje con su túnica.

Como se conocen pocos datos de ese primer monasterio, se ha establecido como fecha de fundación oficial el 14 de junio de 1158.

Fue entonces cuando Enrique el León, duque de Baviera, construyó un puente sobre el río Isar que permitió establecer una fructífera ruta de comercio de la sal.

El crecimiento económico y poblacional fue imparable, tanto que, en 1175, menos de 20 años después, se le otorgó el título de ciudad a Múnich.

Con el auge económico llegaron otros beneficios, como el derecho a acuñar monedas, a cobrar impuestos de aduanas y a celebrar mercados.

También en esa época se hizo necesaria la construcción de una primera muralla, subrayando la importancia estratégica de Múnich en la región.

Capital de Baviera

En 1180, Múnich pasó a estar bajo el control de la dinastía Wittelsbach, con quienes alcanzó su período de máximo esplendor.

Cuando en 1314 Luis IV fue coronado rey de Alemania, y posteriormente, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Múnich se convirtió en residencia imperial.

Por ese motivo se hizo necesaria la construcción de un palacio real, dando lugar al monumental conjunto palaciego conocido como la Residencia de Múnich.

Designada oficialmente en 1506 como capital de Baviera, se consolidó su posición como centro estratégico de la región.

Edad Moderna

Con el tiempo, Múnich se convirtió en el corazón cultural, económico y social del sur de Alemania, atrayendo a intelectuales, artistas y comerciantes de toda Europa.

Como legado de ese período de esplendor, se construyeron nuevas murallas y la imponente Catedral de Múnich.

También se produjo la fundación de la mítica cervecería Hofbräuhaus, elegida por Guillermo V para suministrar cerveza a la corte.

La fama de Múnich no hacía más que aumentar en los primeros años de la Edad Moderna, llegando a ser elegida en 1623 como residencia permanente del duque Maximiliano I de Baviera.

Menos de 10 años después estalló la Guerra de los Treinta Años, que, junto con una virulenta epidemia de peste, redujo la población a un tercio.

La recuperación no llegaría hasta el siglo XVIII, con el renacimiento cultural y económico que impulsó el duque Maximiliano II Emanuel de Baviera.

Cervecería Hofbräuhaus, la cervecería más famosa y visitada de Múnich
Cervecería Hofbräuhaus, la cervecería más famosa y visitada de Múnich

Edad Contemporánea

La expansión del Imperio Napoleónico por Europa, trajo la creación de un Reino de Baviera y la declaración de Múnich como su capital.

Tras la caída del imperio francés, formó parte de la Confederación Germánica y más tarde del Imperio Alemán.

El rey Luis I fue el encargado de darle un impulso al arte, la cultura y la arquitectura en la ciudad.

Sus sucesores continuaron con el cambio de fisonomía, construyendo nuevos palacios, iglesias, plazas, avenidas y parques.

El siglo XIX también fue testigo del desarrollo económico de Múnich, convirtiéndose en un importante centro industrial y comercial.

De vital importancia para la economía eran sectores como la industria cervecera, la ingeniería mecánica y la industria textil.

La llegada del ferrocarril en la década de 1830 también contribuyó al crecimiento económico, facilitando el transporte de mercancías y personas.

Primera y Segunda Guerra Mundial

El siglo XX trajo consigo una serie de cambios políticos y turbulentos acontecimientos en la historia de Múnich.

Empezando por la Primera Guerra Mundial, donde hubo que lamentar perdidas humanas por los bombardeos, escasez de alimentos y debilitamiento de la economía.

Tras la Gran Guerra hubo un período de agitación política que acabó con la instauración de una breve república comunista, conocida como República Soviética de Baviera.

La década de 1920, estando bajo el régimen de la República de Weimar, fue un tiempo de efervescencia cultural y política en Múnich.

Ese período tumultuoso fue el caldo de cultivo para el auge del nacionalsocialismo, liderado por Adolf Hitler.

En 1923, Hitler intentó un fallido golpe de estado, él fue condenado a prisión, pero el Partido Nazi continuó su crecimiento imparable.

Ya convertido en canciller de Alemania en 1933, convirtió a Múnich en “Capital del Movimiento” y sede central del Partido Nazi.

Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad fue bombardeada en más de 70 ocasiones, lo que provocó que fuera abandonada por casi la mitad de la población.

La liberación de Múnich se produjo el 29 de abril de 1945, con la participación de varias divisiones estadounidenses y la entrada al Campo de Concentración de Dachau.

 

Historia de Múnich en la segunda mitad del siglo XX

Tras el fin de la guerra, Múnich se embarcó en un proceso de reconstrucción para recuperar su posición como una de las principales ciudades de Alemania.

La industria y el turismo se convirtieron en sus principales motores económicos, gracias también al impulso que le ofreció la celebración de los Juegos Olímpicos en 1972.

Esta celebración deportiva quedó tristemente marcada por la Masacre de Múnich, perpetrada por un grupo de terroristas palestinos contra deportistas israelíes.

En la parte positiva, los juegos trajeron un importante crecimiento de la red transporte público, teniendo como colofón la inauguración del Aeropuerto Internacional de Múnich en 1992.

Múnich en la actualidad

Hoy en día, Múnich sigue siendo epicentro económico, cultural y turístico de Alemania, con eventos reconocidos mundialmente como la Oktoberfest.

También sigue siendo un pilar fundamental la industria automotriz, acogiendo la sede de gigantes como BMW.

En términos de calidad de vida, Múnich destaca por su moderna infraestructura, servicios públicos eficientes y espacios verdes bien cuidados.

Los residentes disfrutan de un alto nivel de seguridad, atención médica de calidad y una amplia gama de actividades recreativas y deportivas.

En resumen, la historia de Múnich ha marcado su pasado y ha moldeado su futuro como una de las principales ciudades de Alemania.

Con su rico patrimonio cultural, su próspera economía y su estilo de vida incomparable, sigue siendo uno de los destinos turísticos más atractivos de Europa.

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