Pasaje de Lodares en Albacete
Uniendo la calle Mayor con la calle Tinte se encuentra en Pasaje de Lodares, un símbolo de Albacete.
Se trata de uno de los tres últimos pasajes comerciales modernistas que se conservan en España, los otros dos están en Zaragoza y Valladolid.
Por ese motivo, recibió la declaración como Bien de Interés Cultural en 1996.
Por supuesto, no podía faltar entre las paradas de las visitas guiadas por Albacete.
Historia
El Pasaje de Lodares fue construido a principios del siglo XX, por encargo de Gabriel Lodares.
Del diseño se encargó el arquitecto Buenaventura Ferrando Castells, siendo una muestra de la arquitectura modernista que imperaba en aquella época.
Sigue el concepto de las grandes galerías comerciales de Francia e Italia, siendo un atractivo turístico por ellas mismas.
Características
Consta de cuatro plantas, las tres superiores están ocupadas por viviendas particulares y la planta baja por locales comerciales.
La fachada de mayor belleza da a la calle del Tinte.
Aunque en un principio iban a ser iguales, la de la calle Mayor tuvo que ser modificada para adaptarse al menor espacio ocasionado por algunos problemas con el anterior propietario de uno de los edificios.
El Pasaje de Lodares está cubierto de un larguísimo tragaluz, compuesto por una estructura de hierro sobre la que descansan los cristales.
Es uno de los elementos más llamativos del conjunto, además de por su belleza, por la luz cambiante que deja entrar según van avanzando las horas del día.
Los locales comerciales están separados por gruesas columnas renacentistas, como decoración se entremezclan elementos del barroco y el modernismo.
En ambas entradas dan la bienvenida un par de cariátides, representan la Industria, la Riqueza de la Tierra, las Artes Poéticas y las Artes Liberales.
Las rejas de las puertas de entrada también son de gran belleza, en ellas se puede leer las iniciales del fundador de la galería.
Tiendas
En el interior hay tiendas de moda, complementos o alimentación.
Así como bares y cafeterías, donde hacer un alto en el camino para disfrutar de la gastronomía de Albacete.
El interior sólo es accesible durante el horario comercial.