Qué ver en Santander, Cantabria
Siendo una de las ciudades más bellas del Cantábrico, no es de extrañar que haya mucho que ver en Santander.
Los principales puntos turísticos se extienden a orillas del mar y la bahía, por ese motivo hay bastante distancia entre ellos.
No sólo hay que visitar el casco histórico, también recorrer el Paseo de Pereda, la Península de la Magdalena y El Sardinero.
Qué ver en Santander centro
El casco histórico se ubica paralelo a la Bahía de Santander, de hecho, parte está ocupado por terreno ganado al mar.
Es el caso por ejemplo de la Plaza de las Atarazanas, donde se ubicaban originalmente los muelles.
Está presidida por la Catedral de Santander, construida sobre la primitiva abadía que dio origen a la ciudad.
Por su parte el epicentro civil es la Plaza del Ayuntamiento, donde se alza la Casa Consistorial.
Tras ella se ubica el Mercado de la Esperanza, el lugar ideal para descubrir la gastronomía de la ciudad.
A unos pocos metros se abre la Plaza de Pedro Velarde, popularmente conocida como Plaza Porticada.
Bajo ella se han hallado restos de la muralla medieval, búnkeres y refugios de la Guerra Civil que también se pueden visitar.
A continuación está el Mercado del Este, principalmente ocupado por locales de hostelería, también acoge el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.
Antes de acceder al Paseo Marítimo pasaremos por la Plaza Pombo, con su pintoresco templete de música.
Paseo de Pereda (Paseo Marítimo)
Entre el casco histórico y la bahía se extiende el Paseo de Pereda, paseo marítimo por excelencia de Santander.
En un extremo se ubican los Jardines de Pereda, pulmón verde decorado con fuentes y monumentos.
Entre ellos llama la atención el Monumento al incendio de Santander o el Monumento Cabo Machichaco.
Los edificios que flanquean el Paseo de Pereda fueron añadidos a principios del siglo XX, destacando la sede del Banco Santander.
En el lado contrario, junto al mar, se alza el Centro Botín, de hecho, parte de su estructura está suspendida sobre el agua.
A su lado se conserva la Grúa de Piedra, icónico legado de los muelles de la bahía.
También de esa época es el Palacete del Embarcadero, antigua aduana reconvertida en sala de exposiciones.
Junto a él atracan Los Reginas, embarcaciones que conectan Santander con Somo y Pedreña.
Más adelante, en el propio Muelle de Calderón, está el Monumento a los Raqueros, convertido en un símbolo de la ciudad.
Tras ellos se alza sobre el mar el Club Marítimo, uno de los más prestigiosos de España.
Desde aquí se gestionan los amarres del cercano Puertochico, con cientos de embarcaciones de recreo.
Al fondo divisamos el llamativo edificio del Palacio de Festivales, escenario de espectáculos culturales nacionales e internacionales.
Justo enfrente se ubica el Dique de Gamazo, antiguamente utilizado para la construcción, reparación e inspección de buques, ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Junto a él se encuentra la Duna de Gamazo y un poco más adelante la Explanada de Gamazo, dos lugares ideales para disfrutar de las vistas de la bahía.
Ya casi al final del paseo marítimo está el Museo Marítimo del Cantábrico, imprescindible para conocer la relación histórica de Santander con el mar.
A sus pies se extiende la Playa de los Peligros y a continuación la Playa de la Magdalena, ya adentrándose en nuestro siguiente destino.
Península de la Magdalena
Para llegar hasta ella hay que seguir la Avenida Reina Victoria, flanqueada por un lado por lujosas casonas, palacetes y hoteles y por el otro abierta a la bahía.
Ya en la Península de la Magdalena, todo el espacio está ocupado por un parque de más de 20 hectáreas.
Preside el conjunto el Palacio de la Magdalena, residencia de verano del rey Alfonso XIII convertida en un símbolo de la ciudad.
Pero también hay otros edificios históricos, como las Caballerizas Reales, el Embarcadero Real o el Faro de la Cerda.
En el lado norte de la península se ubica el Museo “El Hombre y el Mar”, con cuatro navíos que te invitarán a conocer su historia.
A su lado encontraremos el Parque Marino, un minizoo entre los acantilados con focas, leones marinos y pingüinos.
Además, la península cuenta con dos playas: la Playa de la Magdalena y la Playa de los Bikinis.
Sin olvidar los numerosos miradores, con vistas panorámicas entre las que se incluye la Isla de Mouro o El Sardinero.
El Sardinero
Zona de playas por excelencia de Santander, ya desde el siglo XIX fue elegida por la nobleza para sus vacaciones de verano.
Las cuatro playas de El Sardinero son: Playa del Camello, Playa de la Concha, la Primera y la Segunda de El Sardinero.
Frente a ellas se han construido edificios emblemáticos como el Gran Casino, joya del estilo Belle Époque.
Recorriendo el paseo marítimo podrás detenerte a disfrutar de la Plaza de Italia, los Jardines de San Roque, los Jardines de Piquío o el Mirador del Chiqui.
Cabo Menor y Cabo Mayor
El extremo norte de El Sardinero lo cierra el Cabo Menor, junto con el cercano Cabo Mayor, forman uno de los lugares más espectaculares de Santander.
Siguiendo la Senda de Mataleñas llegarás hasta el extremo del Cabo Menor, pasando por el camino por la Playa de Los Molinucos.
Del otro lado del cabo se abre la Playa de Mataleñas, sus cristalinas aguas te transportarán a paraísos lejanos.
Por último encontraremos el Cabo Mayor, presidido por el faro más importante de Cantabria, que además acoge un Centro de Arte.
Visitas guiadas por Santander
Como ves hay muchísimo que ver en Santander, por eso si tienes poco tiempo, lo mejor es apuntarse a un free tour.
También puedes optar por dar un paseo en barco por la bahía o por visitar los principales sitios de interés desde el autobús turístico.
Excursiones desde Santander
Si por el contrario tienes tiempo de sobra, entonces puedes utilizar Santander como base para descubrir Cantabria.
Puedes por ejemplo visitar pueblos costeros como Comillas, San Vicente de la Barquera, Castro Urdiales, Noja o Santoña.
O descubrir algunos de los pueblos más bonitos de España, incluyendo Santillana del Mar, Bárcena Mayor, Carmona o Liérganes.
Y por supuesto adentrarte en el corazón de la Cordillera Cantábrica, visitando la Comarca de Liébana, los Valles Pasiegos, el Parque Natural Saja-Besaya o el de los Collados del Asón.